Skip to content

“8 de marzo. Buscamos una nueva sociedad”


El feminismo es una forma de entender el mundo y de entender la vida.
Queremos destacar como positivo el interés por abordar problemas que atañen
especialmente a las mujeres. No podemos dejar de mencionar la preocupación que
nos suscita el desarrollo de una excesiva tutela de las leyes sobre la vida de las
mujeres, que puede redundar en una actitud proteccionista que vuelva a considerar a
las mujeres como personas incapaces de ejercer su autonomía. Y nos parece también
arriesgado que tome cuerpo la idea de que sólo con leyes se cambia la vida de las
personas.

Una legislación adecuada debe, sin duda, ayudar, pero creemos que, además, es
preciso el compromiso de hacerla cumplir con los controles y medios necesarios, y que
es la movilización social, la educación y la toma de conciencia individual y colectiva,
tanto de mujeres como de hombres, lo que puede finalmente hacernos conseguir
nuestros objetivos. Un ejemplo claro y reciente de que no sólo con leyes basta, lo
tenemos en la poco entendible actitud de algunos sectores de la población en relación
a las normas impuestas para erradicar el virus del Covid-19.

La imagen de víctima nos hace un flaco favor a todas las mujeres, pues no tiene en
consideración nuestra capacidad para resistir, para hacernos un hueco, para dotarnos
de poder, porque no ayuda tampoco a generar autoestima y empuje solidario entre las
mujeres. Y lo mismo se puede decir de la visión simplificadora de los hombres; no
existe, en nuestra opinión, una naturaleza masculina perversa o dominadora, sino
ciertos rasgos culturales que fomentan la conciencia de superioridad y que,
exacerbados, pueden, en ciertos casos, contribuir a convertir a algunos hombres en
verdaderos tiranos.

Desde nuestro punto de vista, el objetivo del feminismo debe ser el acabar con las
conductas no igualitarias, con las conductas opresivas y discriminatorias; debe ser el
conseguir la igualdad entre los seres humanos, no aniquilar a quienes discriminan u
oprimen. Nosotras no deseamos configurar un feminismo revanchista y vengativo,
deseamos simplemente relaciones en igualdad, respetuosas, saludables y felices.
Las discriminaciones de las mujeres tienen un contenido social y cultural, es decir, no
se deben a la biología ni a ningún aspecto que tenga que ver con la naturaleza, sino
que es la sociedad la que ha convertido el hecho de que seamos personas de diferente
sexo, en una desigualdad que genera discriminación. Si algo nos une a todas las
mujeres del mundo, es que sufrimos una misma opresión, lo que no quiere decir que
se manifieste de igual forma en cada una de las mujeres.

Vivimos una crisis que es una estrategia política, económica e ideológica a nivel global
que persigue dar un vuelco a la situación y acabar con los derechos conquistados. Es
importante destacar que, lejos de ser económica sólo, abarca al conjunto del sistema,
a la forma de organizarnos socialmente. Crisis económica, ecológica, de los cuidados,
etc. que niega a numerosas personas sus derechos universales.

Los gobiernos están a las órdenes de los mercados, más que a la necesidad de las
personas. Esta crisis del capitalismo, permite acumular más riqueza en unas pocas
manos y está desposeyendo de recursos y derechos a la mayoría de la población. Esto
implica que la desigualdad no afecta por igual a todas las mujeres. Una mujer
maltratada que sea camarera de hotel no tiene las mismas posibilidades de salir
adelante que una mujer maltratada presidenta de un banco. Mención aparte las
mujeres inmigrantes, mujeres de otras razas, mujeres transexuales, mujeres
discapacitadas, prostitutas…

Por ello, frente a los intentos de fragmentar la lucha feminista, hay que poner en valor
la importancia de construir ejes de unidad en la lucha. Y es que en cualquier parte del
mundo donde una mujer lucha junto a otra mujer por ser más libre y por romper las
cadenas de la opresión masculina, se está construyendo un movimiento feminista que
atenta contra el sistema de dominación patriarcal. Éste es el patrimonio mundial del
feminismo: juntas en una misma lucha común.


Comment

  1. … la sociedad evolucionó en los años 70′ cuando a las mujeres se les permitieron liberar su sexualidad al poder planificar la familia gracias a los ANTICONCEPTIVOS, a los que la IGLESIA se opuso de manera furibunda… la sociedad evolucionó en los años 80′ con la ley del DIVORCIO, las mujeres pudieron así liberarse de maridos dominantes y maltratadores, y la IGLESIA también hizo todo lo posible para oponerse… la sociedad volvió a evolucionar en los años 80′ y siguientes con la ley del ABORTO que reconocía el derecho a decidir a las mujeres en su cuerpo, a lo que la IGLESIA, cómo no, volvió a querer meter cizaña como de costumbre… la sociedad evolucionó en los años 2000 con la ley de MATRIMONIO HOMOSEXUAL, permitiendo que las mujeres que quisieran formar una familia pudiesen hacerlo con garantías y de manera igualitaria, pero teniendo a la dichosa IGLESIA siempre en contra, lanzando espumarajos de rabia como siempre hace… … hoy en día, en que está tan de moda eso de señalar a los que propugnan ODIO en contra de colectivos desfavorecidos, no estaría de más que todos fuésemos conscientes de que, si bien no podemos sacudirnos la tutela paternalista de esa secta extranjera, debido al dichoso CONCORDATO, al menos le pongamos un CASCABEL bien grande, para que sepamos todos quién es el malo de la peli en el DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER…

Deja un comentario

Your email address will not be published.