¿Se ha vacunado?
No. Tengo muchas ganas pero aún no.
La presidenta Armengol ha afirmado esta semana que no hay que llegar al 70 por ciento de población vacunada para reactivar la economía. ¿Esto es así?
Sí. De hecho, hay que ir con cuidado en cómo calculamos esos porcentajes de cobertura porque, por poner un ejemplo, Israel está en un 63-64 por ciento de su población total vacunada y lleva así unas semanas. No avanza. Esto es lógico porque, a día de hoy, todavía no hay vacunas aprobadas para la población adolescente e infantil y por tanto, todas esas personas no hay que contabilizarlas dentro de dicho porcentaje.
Israel, como ejemplo a seguir…
Es un país que está poniendo en marcha su actividad económica de manera importante con un 64 por ciento y resultados fantásticos después de una situación epidemiológica muy complicada en Navidad. Todo ello nos da pie a pensar que cuando tengamos unas coberturas adecuadas, no necesariamente al 70 por ciento, podremos empezar a reiniciar ciertas actividades con seguridad.
Aconsejaría antes ampliar terrazas que abrir interiores
¿Habría que poner el foco sólo en los colectivos vulnerables? ¿En los que más han muerto y enfermado de manera grave?
Es un tema complicado. Lo más importante es proteger antes a aquellas personas con mayor probabilidad de morir o sufrir un Covid grave. Aunque nos puede pasar a todos, los más vulnerables son los mayores de 65 años, especialmente de 80 en adelante. No obstante, cuidado con creer que con tener protegida a esa población nos vamos a olvidar de las medidas de precaución. Eso no es así porque la gente más joven también puede sufrir las consecuencias graves de este virus.
Pero si la presión asistencial y por supuesto las muertes no suben o suben muy poco, ¿están dispuestos a aceptar que las olas son de contagios y que por tanto hay que abrir más la mano en temas económicos?
Permitir el contagio de forma descontrolada supone peligros muy serios. Por ejemplo, nos lleva a la mutación del virus en variantes más agresivas que pueden escapar a la vacunación. No es coincidencia que las variantes que ahora nos complican la vida hayan surgido en zonas en las que, en ese momento, existía una transmisión descontrolada. Hablamos de Brasil, Reino Unido o Sudáfrica. La discusión de si podemos correr ese riesgo a cambio de abrir la mano con la actividad económica es muy compleja y tiene un componente ético. No sabemos suficiente acerca de los efectos a largo plazo de los contagios. Insisto: sigue siendo necesario mantener la transmisión muy controlada para vencer al virus.
¿Eso será este año? Me refiero a “la gran guerra”.
Quiero ser optimista y quiero pensar que sí pero el mayor riesgo que corremos es querer volver a la vida prepandémica antes de tiempo. Eso sí que nos puede alargar la pandemia.
A finales de esta semana conoceremos el balance de Pascua pero de momento todo parece indicar que la factura es baja. ¿A qué lo atribuyen?
Queremos ver exactamente cómo acaba la semana. Como ha recordado el doctor Arranz, la semana pasada fue de vacaciones lectivas con muchas gente de vacaciones así que también hay que ser cautos con los siguientes días. En cualquier caso quiero destacar el compromiso de la población -que es consciente que ahora nos jugamos mucho- y que las medidas de prevención han cumplido su papel. Sabemos que son duras pero valen la pena porque si podemos superar la Semana Santa sin los datos de otras regiones y países, afrontaremos bien el verano.
Cuidado con creer que con tener protegida a la población de más de 65 nos vamos a olvidar de restricciones
Se generó mucho alarmismo porque “vienen los alemanes”, “esto va a ser un descontrol”… Y los números hablan por sí solos.
No hay una medida que en sí misma sea infalible. La estrategia a seguir es una batería de medidas combinadas. El hecho de contar con controles de entrada, límites en el sector comercial, económico, el cierre de interiores, las recomendaciones a la población, etc. permiten una actividad viable. Siempre hemos defendido que hay cosas que se pueden hacer porque son seguras.
¿Baleares tendrá toque de queda después del 9 de mayo? Ustedes, los expertos científicos y sanitarios del Govern ¿qué recomiendan?
Ciertamente no tengo respuesta a la parte legal pero desde nuestro grupo siempre defendemos que es una medida muy eficiente.
Permitir contagios de forma descontrolada nos lleva a la mutación del virus en variantes más agresivas que pueden escapar a la vacunación
¿Para qué sirve? Explique los beneficios del toque de queda…
Seamos honestos. Uno de los puntos de alto riesgo es la movilidad de personas y durante la noche suele ir asociada al ocio y concretamente, al ocio de muy alto riesgo. Hay que evitarlas a toda costa pero que si se producen, sea en espacios más fáciles de detectar por parte de las Fuerzas de Seguridad. Así que sí, el toque de queda es una medida que ha ayudado muchísimo a controlar los contagios.
Pero pongamos que, por una cuestión legal, Baleares no pueda mantenerlo. ¿Eso conllevará otras restricciones compensatorias en otros ámbitos?
Tendríamos que usar las herramientas que tengamos al alcance autonómico. Como grupo de expertos, mantendremos la máxima de disminuir movilidad.
¿Con cierres perimetrales?
Es una de las herramientas pero, obviamente, nos gustaría avanzar hacia medidas en las que los ciudadanos se hagan corresponsables. Responsabilidad individual si la situación epidemiológica empeora.
Si podemos superar el impacto de la Semana Santa sin los datos de otras regiones y países, afrontaremos bien el verano
Aerosoles. ¿Han sido y son el gran enemigo?
Una de las cosas que hemos aprendido es que la evidencia se va generando y en base a ello vamos aprendiendo. Con la familia de los coronavirus siempre se había aceptado que los contagios venían de las gotículas pero con esta pandemia se ha puesto encima de la mesa la vía de los aerosoles (aunque este término, técnicamente, no está aceptado por toda la comunidad científica). El lector recordará el caso del coro de góspel de Estados Unidos, el brote de China en un restaurante o el de un edificio de vecinos en Japón. También el de un autobús en el cual los pasajeros que se habían sentado al lado de la ventanilla abierta no se había contagiado. Yo siempre he defendido que las disciplinas científicas que no son meramente sanitarias -medicina, biología- aportan muchísimo. La física de fluidos, los matemáticos que hacen modelizaciones, los ingenieros… Todos ellos van más allá de los dogmas tradicionales.
Le pregunto por el contagio por aerosoles porque es la base para decretar el cierre de interiores.
Totalmente.
Si ahora se descontrola la situación, el escenario económico dentro de unos meses puede ser aún más dramático
¿Es absolutamente innegociable? ¿Los locales con medidores de CO2 o capacidad de realizar ventilación cruzada no podrían abrir?
Una cosa que hay que tener clara es que el riesgo cero no existe. Por tanto, todas las medidas que ponemos son para disminuir el riesgo al máximo. Usted y yo vamos con doble mascarilla, tenemos la ventana abierta, estamos sentadas a gran distancia y aún así nos podríamos contagiar. Hemos visto casos de profesionales sanitarios con un celo exquisito que han contraído el virus. Con ello quiero decir el riesgo que podemos correr tiene que ir ligado al marco del riesgo en el que nos encontramos. Si estás en una situación epidemiológica tranquila podrás correr más riesgos. Vamos modulando.
¿Y ahora mismo no está la situación epidemiológica tranquila como para permitir esa apertura?
Nos hemos acostumbrado tanto a los malos escenarios que ahora nos parece que estamos fantásticamente bien pero lo cierto es que no tenemos las UCI al nivel de junio del año pasado.
Ya, pero la urgencia ahora –por supervivencia económica- es infinitamente mayor.
Es infinitamente mayor pero cuidado con el arma de doble filo. Si ahora se descontrola la situación, el escenario económico dentro de unos meses puede ser aún más dramático. Sabemos que dependemos enormemente de la valoración que hagan de nuestras situación epidemiológica los mercados emisores. No obstante, me gustaría resaltar que todos los que asesoramos somos plenamente conscientes del efecto que nuestras propuestas sobre la economía. Intentamos ser extremadamente responsables, no va de hacer lo más fácil.
Me quedo con que los bares y restaurantes, según ustedes, no deben abrir interiores a corto plazo.
Creemos que el momento de abrir interiores llegará cuando tengamos absolutamente claro que el riesgo de esta posible cuarta ola ha pasado. Igual no llega nunca pero que la posibilidad existe. Las condiciones se daban en el resto de España y Europa y mire… Tenemos que estar tranquilos y saber que la mayor parte de la población de los más vulnerables está vacunada.
La mascarilla, como mínimo, hasta finales de año y debería quedarse para futuras etapas de gripe, catarros, etc. En cuanto al gel y el lavado de manos, sí que espero que se queden para siempre
¿Ampliar terrazas?
Siempre vamos a preferir que se promueva la actividad al aire libre, incluyendo terrazas, que en el interior. Eso no quiere decir que no haya riesgo de contagio en terrazas, que quede claro. En interiores la distancia no basta pero en exteriores sin mascarilla y sin distancia, te contagias. Tenemos múltiples casos originados en terrazas, en chiringuitos de playa, excursiones familiares por la montaña o la playa, etc.
Es decir, antes veremos una ampliación de la actividad en las terrazas que en los interiores…
Sanitariamente, siempre vamos a preferir que se dé prioridad a espacios seguros. Una terraza es más segura que un interior porque, además, no ha llegado el momento climatológico en el que se normaliza tener puertas y ventanas abiertas.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha aseverado que la gente no se está contagiando en los restaurantes y en los hoteles.
Recomendaría al señor Garamendi que se pase unos días en la central Covid de Balears y que compruebe que en el ámbito laboral se producen muchísimos contagios. De hecho, en los últimos días tenemos un buen par brotes en este ámbito. No olvidemos lo que pasó en Aragón el verano pasado con los temporeros. Es cierto que en ámbito familiar se producen muchos contagios pero también es cierto que son más pequeños y controlables. En gimnasios, clubs deportivos o restaurantes la capacidad de cercar el virus es más difícil.
Paseos por la playa con mascarilla. ¿Balears lo va a defender cuando llegue el momento de la verdad?
El Govern ya tenía regulada el uso de mascarilla desde hacía mucho tiempo. Al principio se excluyó su uso en los paseos marítimos y luego corregimos y la pusimos obligatoria porque comprobamos que había situaciones en las que se hacía mal uso -por ejemplo, el paseo de Can Pere Antoni abarrotado-. Es cierto que a veces no tiene sentido pero no podemos regular cada situación concreta.
Todos los que asesoramos somos conscientes del efecto de nuestras propuestas sobre la economía. No vamos a lo más fácil
Pero entonces, ¿veremos este verano a la gente dando paseos por la playa usando mascarillas?
Lo pusimos como excepción menos cuando no se pueda cumplir la distancia de seguridad.
¿Distancia estática o distancia mientras se camina?
A día de hoy está excepcionado cuando estás estático, como cuando tomas el sol o estás en la toalla. Cumpliendo las distancias.
Entonces en los paseos será obligatorio…
No está excepcionado porque hay un acuerdo del Consejo Interterritorial que dice que se tienen que utilizar en los paseos en la playa.
¿Qué futuro le ve al ocio nocturno de cara a este verano?
Tendrá que ser un ocio nocturno diferente al que estábamos acostumbrados. Obviamente, habrá que ser creativos y adaptarnos a lo que nos permita la situación epidemiológica y las herramientas de las que dispongamos. Quedan dos meses y en esta epidemia, dos meses es una eternidad.
¿La mascarilla y el gel hidroalcohólico van para largo?
La mascarilla, como mínimo, hasta finales de año y no estaría mal que se quedase para futuras etapas de gripe, catarros, etc. En cuanto al gel y el lavado de manos, sí que espero que se queden para siempre. Nos ahorrará muchos problemas.