Fiestas con DJ y drogas en fincas, botellones en pisos y casas, concentraciones en calles y terrazas, bodas multitudinarias en la clandestinidad… El estado de alarma que hoy finaliza deja escenas de graves incumplimientos de las medidas antiCovid. Encuentros que, potencialmente, han representado un peligro para la salud pública y a los que las autoridades han hecho frente con equipos de inspección específicos. Además de los efectivos de la conselleria de Funció Pública y las policías locales, el papel del Grupo Alazán de la Policía Nacional ha sido determinante. Se trata de una unidad de acción inmediata, polivalente y flexible en función de las necesidades, que ha dado cobertura en cada de las actuaciones. El subinspector Manuel Gallardo, al frente del Grupo, habla con mallorcadiario.com.
¿Cómo actúan en las fiestas ilegales?
En función de si se realizan en un local o en una vivienda, nuestra intervención en distinta. En los primeros (discotecas, bares, locales) entramos directamente e identificamos. Sin embargo, si hablamos de domicilios la cosa se complica. Para empezar, tocamos a la puerta y si nos abren y acceden, los identificamos. Si no, no queda otra que bloquear la entrada y esperar a que la gente salga. Ahí sí les podemos identificar y levantar un acta al propietario de la vivienda.
En Madrid, la Policía entró por la fuerza en un piso en el que se estaba realizando una fiesta ilegal. ¿Esto ha ocurrido aquí?
No, entrar por la fuerza nunca. Lo que sí nos ha ocurrido es tener una fiesta multitudinaria perfectamente localizada y, al no darnos permiso para entrar, tener que pedir autorización a un juzgado.
“Nunca hemos entrado en una finca sin permiso del inquilino y sin autorización judicial, no se puede, no es penal”
Porque no es un asunto penal…
Claro, es un asunto que se sanciona administrativamente. En ese caso, solo se puede esperar aunque sepas que ahí dentro hay cientos de personas juntas sin respetar las medidas sanitarias.
En ese caso, ¿qué es lo que se sanciona?
Para empezar, la agrupación de no convivientes que se comprueba a través del padrón, y luego el incumplimiento del toque de queda y restricciones sanitarias.
Ahora que acaba el estado de alarma y mirando atrás, ¿tienen la sensación de que ha habido mucho incumplimiento por parte de gente joven?
Bueno, incumplimientos ha habido por parte de casi todos los rangos de edad pero evidentemente, las fiestas –tanto organizadores como asistentes- han sido terreno de jóvenes.
¿Cómo se organizan estas fiestas?
Fundamentalmente a través de redes sociales y con sistemas de comunicación que no dejan rastro ya que los mensajes se borran al cabo de minutos, como por ejemplo Telegram.
El día de la fiesta, quedan en un punto determinado y cuando están todos, les redireccionan a otro lugar en el que dejan sus coches y les llevan a la finca en vehículos lanzadera. Más que una fiesta, parece una gimcana (ríe). Y en cuanto a la casa, nos hemos encontrado con algún organizador que instala un inhibidor para que los asistentes no suban fotos ni se comuniquen con nadie. Se aíslan por completo para no dar pistas en directo.
Es evidente que han agudizado el ingenio y perfeccionado la técnica porque las sanciones son muy altas.
“Más que fiestas, parecen gimcanas. Les citan en un punto, cuando llegan les mandan a otro lugar y de ahí los trasladan en vehículos lanzadera”
¿Actúan con carácter retroactivo? ¿Se puede perseguir una celebración que ya haya tenido lugar en base a imágenes que salgan a la luz después?
Nosotros, como Policía Nacional, no. No es nuestra competencia. En todo caso sería de la conselleria que es la que decide si abre expediente o no, pero normalmente en esos casos no se suele actuar.
Es decir, o los pillan in fraganti o no hay nada que hacer…
Exactamente. Aunque si hablamos de un caso grave, se podría sancionar.
¿Han detectado algún tipo de comunicación en clave?
Teniendo en cuenta el perfil de asistentes (jóvenes), los canales de comunicación que se emplean son los suyos: Facebook, Instagram, etc. en las que se hacen convocatorias. El que está metido en este mundo sabe dónde tiene que ir a buscar y cuándo se organizan.
Decía que en las fiestas ilegales, el perfil más común es el de gente joven pero ¿quién es el que se salta la normativa en locales y bares?
Hablamos de gente más mayor que, yo diría, reacciona peor, algunos con mucha agresividad. El alcohol y las drogas juegan un papel importante y luego, no nos olvidemos, que la gente está de los nervios.
“Diría que los mayores que incumplen suelen ser peores que los jóvenes, reaccionan peor. La gente está de los nervios”
Pesa mucho el año y dos meses que llevamos de pandemia, confinamiento y restricciones.
Sí, y nosotros somos los primeros que lo entendemos. Por eso, aplicamos mucha mano izquierda y aguantamos al máximo.
¿Les han agredido?
Sí. De hecho, a una persona la acabamos deteniendo porque nos intentó pegar y luego salió corriendo, totalmente fuera de sí. Estaba en un estado de nerviosismo y alteración muy peligroso, incluso para él.
¿Los restauradores cumplen?
Sí, bastante. Son los primeros interesados en que las cosas se hagan bien porque es su negocio, es su futuro. Lo que sí nos encontramos son casos de personas reincidentes que pasan olímpicamente de las normas y también algunos que no lo tienen todo en orden por puro desconocimiento. En ese caso, si no hablamos de una infracción grave, vamos una primera vez y les informamos de los cambios que deben introducir para cumplir con la normativa (utensilios de limpieza personal, separación de mesas, etc.)
“Los restauradores cumplen las normas, son los primeros interesados, es su futuro”
¿Notan la desconfianza ciudadana de que ‘van a pillar’, que ‘van a multar para recaudar’?
Sí, claro que lo oímos y nos lo dicen, pero no es así. Nuestra misión es, sobre todo, perseguir las infracciones graves para evitar los riesgos sanitarios. Si avisamos que no pueden estar personas en la barra y a la semana siguiente nos encontramos con diez, tendremos que sancionarles. Ojalá hiciésemos 200 inspecciones en un día y todas fuesen negativas, pero no es el caso.
Cuando la limitación era de dos grupos de convivencia por mesa, ¿se controlaba escrupulosamente?
Sí, con DNI y el padrón, a través de la Policía Local sabemos dónde vive cada uno, y que quede claro que hemos actuado por toda la ciudad, desde el Portixol y el Paseo Mallorca, que es lo más vistoso, hasta Son Roca, La Vileta, el Coll, el Rafal, Cala Major, Gomila…
Entiendo que el papel de los vecinos es determinante.
Por supuesto, son nuestra principal baza. Más del 90 por ciento de nuestras actuaciones vienen de avisos de vecinos que sufren las molestias de ruidos y por supuesto, la sensación de impunidad, que genera mucha intranquilidad. Los sábados, por ejemplo, son el día de mayor pico de avisos por fiestas en pisos.
“¿El principal incumplimiento? Si hablamos de personas, el de no juntarse con no convivientes. Si hablamos de bares, funcionar con la barrera bajada o abrir servicio en la barra”
¿Cuál es las infracción más repetida?
Si hablamos de personas, la de no juntarse con no convivientes o superar ese máximo de dos grupos de convivencia. En cuanto a los bares, la del servicio en barra o la actividad más allá del horario permitido con la barrera bajada, lo cual representa un grave riesgo. Un grupo de personas, bebiendo y fumando en un habitáculo cerrado durante horas es un peligro para la salud.
Los gimnasios también han sido objeto de sus intervenciones.
Sí, sobre todo centrándonos en el uso de la mascarilla, los útiles de limpieza y también el aforo. Hacer deporte está permitido, lo único es que hay que hacerlo con seguridad para no contagiar a nadie.
El Grupo Alazán actúa con inspectores de la conselleria y miembros de la Policía Local. ¿Quién hace qué?
Nosotros les damos cobertura a ellos. Montamos dos o tres equipos en función de las necesidades y nos dirigimos a los puntos que se han marcado en base a las denuncias que recibimos o los labores de rastreo realizadas, además de los avisos que nos llegan a través de Emergencias.
.- Este es un artículo de Cristina Suárez y Mallorcadiario para Menorcaaldia.com