En una ceremonia celebrada este viernes en el patio de La Misericòrdia, en Palma, la presidenta del Coiba, María José Sastre, ha recordado que 2020 ha sido un año “muy duro, con momentos agrios y dulces, llenos de incertidumbres, que las enfermeras han tenido que superar con profesionalidad”.
En este sentido, el Coiba ha reconocido “la admirable capacidad de adaptación que han tenido las enfermeras” ante la nueva situación, “con protocolos cambiantes, falta de equipos de protección al principio, y muchas dudas sobre la evolución de un virus inicialmente desconocido”.
Sastre ha recordado “la excelente disponibilidad” de las enfermeras jubiladas y de las profesionales en activo que han renunciado a días libres y vacaciones para seguir en primera línea. “Somos consciente del esfuerzo realizado. Del cansancio físico y del cansancio más duro y terrible, el emocional”, ha apuntado la presidente del Coiba.