En 1869 el biólogo suizo Johann Friedrich Miescher intentaba aislar el núcleo de una célula en su laboratorio. Posteriormente Richard Altmann los identificó como ácidos y les dio nombre. Robert Feulgen describió un método para detectarlo. Más tarde, en la década de los años 20, P.A. Levene descubrió los componentes del ADN. James Watson y Francis Crick descubrieron la hélice doble.
La familia de científicos que se pueden añadir al álbum familiar de uno de los mayores descubrimientos científicos de la humanidad es más amplio. Llegaría hasta una fecha significativa; la de la puesta en marcha del Proyecto Genoma Humano que se inició en 1990 y que descifró el código genético contenido en ls 23 pares de cromosomas en su totalidad. En 2005 se acabó el estudio llegando a secuenciar 28000 genes. En 2016 se anunció que el Proyecto Genoma Humano Escrito sería un plan para sintetizar el genoma humano.
Ha sido en estos primeros días de junio de 2021 cuando el libro de instrucciones de una persona ha definido todos los caracteres que definen a la especie humana, con 3.055 millones de posiciones que suponen un 8% más de información de la que se consiguió en 2005 gracias a la tecnología actual.
Se trata de un hito del Consorcio T2T que lleva trabajando paralelamente al Consorcio que presentó el código aparentemente completo en 2005. El objetivo era identificar todas las teclas que suenan en la sinfonía de la creación de un humano y el siguiente paso es aprender a tocar esa música.
El dibujo más elemental de este manual de instrucciones es una molécula que tiene cuatro letras químicas. En función de cómo se combinan ejercen una función u otra.
La última tecnología que se ha aplicado ha permitido afinar los resultados previos y obtener así un mejor detalle de cómo está conformado el ser humano. Las posibilidades de tener este manual son diversas pero, a voz de pronto, ayudarán a detectar con más anticipación posibles enfermedades e incluso a prevenir su aparición.