¿Usted también cree, como el señor Yllanes, que sobran turistas en Baleares?
Bueno, yo creo que este año todos los departamentos del Govern estamos trabajando para que se incorpore el mayor número de trabajadores y trabajadoras a sus puestos de trabajo. En el Ejecutivo regional hay muchas áreas vinculadas al turismo, por lo que son esfuerzos compartidos. Así, el área de Comerç quiere que se incorporen todos los trabajadores de temporada de ese sector, mientras que el área de Turisme busca lo mismo en hotelería, restauración y ocio. Por tanto, creo que es un esfuerzo global del Govern. En cuanto a las cifras de turistas de 2019, es evidente que ahora mismo es imposible repetirlas, porque en este 2021 hemos perdido ya meses muy importantes.
En ese contexto que describe, ¿cuál es entonces la estrategia en la que trabajan?
Estamos trabajando en una estrategia de renovación, de mejora de nuestro modelo y de más calidad, para intentar depender menos de la necesidad de que haya un número altísimo de turistas para poder mantener nuestro nivel de trabajo. En ese sentido, pensamos que si en un futuro nos volviera a suceder algo como lo que nos ha ocurrido ahora con la pandemia, sería bueno tener un nivel de empleo alto sin depender únicamente de la llegada de tantos millones de turistas, lo que además nos ayudaría a sortear mejor cualquier situación difícil.
“Queremos potenciar el turismo nacional, que además es uno de los principales mercados”
¿Uno de los objetivos del Govern es potenciar el turismo nacional?
Sí, así es. Desde el Govern se quiere potenciar el turismo nacional, que además es uno de los principales mercados. Paralelamente, a través del turismo nacional se quiere ayudar a la desestacionalización, que es otro de nuestros grandes objetivos.
Yo era un bebé y recuerdo que ya se hablaba de desestacionalización…
Bueno —sonríe—, yo recalcaría que justo antes del inicio de la pandemia tuvimos ya en Mallorca una temporada turística muy larga, que empezó en febrero o marzo de 2019 y que acabó en noviembre de ese año. Por tanto, fue una temporada que tendía ya a una desestacionalización casi completa en Mallorca. En aquel momento el impulso había que darlo en Ibiza, Menorca y Formentera.
¿Y ahora?
Ahora, cuando salgamos de la Covid, tenemos que redoblar esfuerzos, porque además este año es necesario que se prolongue la temporada. En ese sentido, lo que vamos a hacer por todos los medios es buscar que la temporada dure lo máximo posible, sobre todo para que nuestros trabajadores y trabajadoras tengan las cotizaciones necesarias para contar luego con una prestación o un subsidio.
“¿Desestacionalización? Justo antes del inicio de la pandemia tuvimos ya en Mallorca una temporada turística muy larga, que empezó en febrero o marzo de 2019 y que acabó en noviembre de ese año”
Desde que le conozco, pienso que usted tiene siempre un plan B cuando algunas previsiones fallan…
Es así, sí, siempre tenemos algún posible plan B preparado —sonríe de nuevo—.
¿También lo tiene para el caso de que nos falle este año el turismo británico?
Sí, efectivamente. Como le he comentado, potenciaremos de una forma importante el turismo nacional. De hecho, estamos trabajando ya en estrategias a muy corto plazo en esa línea, por lo que en breve podremos anunciar un refuerzo muy notable del turismo nacional. Además, también potenciaremos otros mercados, como puedan ser el holandés, el francés o el italiano, que igualmente están generando un nivel importante de reservas en la isla. Con ese propósito hemos contratado a agencias en muchas partes de Europa y se están reforzando ya dichos mercados.
¿Qué pensó cuando Armengol le propuso ser el nuevo portavoz?
Bueno, cuando la presidenta te encarga una responsabilidad, la respuesta suele ser siempre “sí”, sobre todo ahora, en un momento tan complicado como el que estamos viviendo. Todos formamos parte de un equipo, en el que llevamos ya varios años y en donde existe mucha confianza. Yo creo que cuando la presidenta me hizo esa propuesta, valoró mi experiencia como conseller en la pasada legislatura y en la actual, así como también el hecho de que yo dirija una área que se encuentra en el centro de muchos de los debates actuales. Estar en la Conselleria de Turisme contribuye a tener mucha información y creo que eso también ayuda a ser portavoz del Ejecutivo regional.
“Estar en la Conselleria de Turisme contribuye a tener mucha información y creo que eso también ayuda a ser portavoz del Ejecutivo regional”
¿El catalán cómo lo lleva?
Lo llevo bien —afirma con una sonrisa y razonablemente convencido—. Yo creo que lo que me hacía falta era soltarme más y ya lo estoy haciendo. Hablar en catalán aún supone un esfuerzo para mí, pero aun así trabajo para ser cada vez más ágil en mis respuestas a las preguntas que me hacen. En ese sentido, espero que nadie se tome a mal mis posibles patadas al idioma, pues lamentablemente todavía hay alguna de vez en cuando. En cualquier caso, creo que un portavoz del Govern tiene que hablar en catalán. Además, en mi tierra yo no era castellanohablante, sino gallegohablante, por lo que entiendo perfectamente la situación de la lengua aquí.
Mirando ahora hacia atrás, ¿eran necesarias unas restricciones tan duras en Baleares?
Bueno, creo que habría que partir de la base de que tomar decisiones era algo muy difícil, porque nunca nos habíamos enfrentado a algo como esto. Así pues, a lo largo de estos meses hemos tenido que adoptar medidas e intentar acertar con esas medidas. El objetivo prioritario era siempre estar bien sanitariamente y salvar vidas. Yo creo que ese objetivo se ha conseguido, teniendo la menor tasa de mortalidad y salvando el mayor número de vidas posible, aun asumiendo que cualquier pérdida humana es siempre algo irreparable. Paralelamente, había que pensar también en garantizar el mantenimiento de nuestra economía.
Aun así, el consumo interno se vio perjudicado…
Reconozco que nuestra economía tiene efectivamente un estímulo de consumo interno y que los locales que tenían más consumo interno no veían bien las restricciones, pero también es verdad que la dimensión de nuestra economía no está pensada para el consumo interno, sino para el consumo externo. Por tanto, nosotros no podemos tener una situación epidemiológica mala, porque si no, no abrimos. En ese contexto, deberíamos preguntarnos de qué nos hubiera servido tener todo abierto si teníamos toda nuestra economía cerrada y no venía nadie. O dicho de otro modo, deberíamos preguntarnos de qué nos hubiera servido abrir todo hace unos meses, viendo que entonces no podían llegar turistas porque sus respectivos países no les dejaban venir. Eso último ha sido precisamente lo que ha ocurrido hasta ahora.
“La oposición tendría que haber bajado un poco el tono con un Govern que está intentando sortear una situación dificilísima”
¿Las medidas del Govern han dado finalmente frutos positivos?
Yo creo que sí, que lo que se hizo entonces está dando sus frutos ahora. Le pondré un ejemplo. Holanda acaba de abrir sólo a Canarias y Baleares, mientras que no abre a la Península por su situación actual. Además, nosotros estamos captando hoy prácticamente todo el turismo alemán del Mediterráneo. Por otra parte, le diría que casi todos los países de nuestro entorno han sido mucho más duros con el sector de la restauración o con el sector cultural que nosotros. Aquí se intentó tener abierto siempre que fue posible, con restricciones, pero abierto. Y ahora estamos viendo cómo gracias a ese esfuerzo colectivo nuestra actividad económica se empieza a recuperar de forma clara, con la apertura de hoteles y con una mayor vida social. Ese era el objetivo.
¿Cuál es la situación ahora mismo en nuestra comunidad?
En la actualidad, como sabe, estamos quitando restricciones, pues hemos llegado a la situación a la que queríamos llegar. Desde el principio sabíamos que cuanto más buena fuera la situación epidemiológica por lo que respecta al número total de contagios, mejor se controlaría la pandemia. Las restricciones eran, precisamente, para tener pocos contagios y para mantenernos así. Hoy vemos ya lo importante que era estar en esa situación, pues empieza a haber reactivación económica y tenemos más actividad turística que ninguna otra comunidad autónoma de España. Lo que queremos ahora es recuperarnos a la mayor velocidad posible. Creo que, una vez más, esta comunidad será de las primeras en salir de la crisis y en recuperarse de una forma más rápida. Y pienso también que este verano veremos ya los resultados de ese esfuerzo colectivo.
¿Cree que el sector del ocio nocturno de Baleares lo ve también así?
Bueno, en el caso de Ocio de Ibiza, que es una de las asociaciones más fuertes de España de ese sector, nunca hemos tenido ninguna discusión. Los integrantes de la citada patronal entendían perfectamente la situación, pues sabían que los expertos sanitarios consideran que el ocio nocturno en interiores es una actividad que implica un mayor riesgo. Ocio de Ibiza también entendía que sus marcas son muy importantes como para ponerlas en peligro. Por tanto, no hubo ningún problema. De hecho, ahora mismo estamos hablando ya de pruebas piloto, incluso antes de lo que ellos preveían, que era el mes de julio. Al final, en Ibiza hemos adelantado la prueba piloto al 25 de junio, porque la situación va bien. Además, me he reunido ya dos veces con el nuevo presidente de Abone, Miguel Pérez-Marsá, con quien también hay un muy buen entendimiento.
“En mi tierra yo no era castellanohablante, sino gallegohablante, por lo que entiendo perfectamente la situación de la lengua aquí”
¿A qué atribuye ese buen entendimiento?
Yo creo que esas asociaciones perciben que nuestra estrategia de reapertura paulatina está funcionando, porque están viendo que estamos reabriendo al turismo. Además, estamos también trabajando en una progresiva desescalada con dichas asociaciones. Desde el Govern, entendemos que los negocios que hoy tienen cerrado presionen para reabrir, porque lo están pasando muy mal desde hace muchísimo tiempo. Paralelamente, creo que ellos también entienden que estamos intentando trabajar para que esa reapertura sea lo antes posible. Nadie quiere que haya sectores cerrados. En definitiva, creo que ahora mismo hay un entendimiento importante con todas las asociaciones.
¿Por qué el debate entre el Govern y la oposición ha sido, en cambio, tan bronco por parte de todos?
Mire, yo acepto la crítica, pero creo que la oposición tendría que haber bajado un poco el tono con un Govern que está intentando sortear una situación dificilísima. Estamos trabajando para superar la crisis actual y por ello buscamos el mayor consenso social con las organizaciones sindicales y empresariales. Al mismo tiempo, queremos llegar a acuerdos con los partidos de la oposición. Recuerde por ejemplo que el PI y Cs suscribieron el Pacto para la Reactivación. Por tanto, pienso que si el Govern es capaz de aunar a la sociedad civil, desde la oposición no se debería cuestionar eso. En ese sentido, que se denigre a las organizaciones empresariales y sindicales por los acuerdos a los que han llegado con nosotros me preocupa casi más que el tono duro utilizado a veces en el Parlament, pues al final lo que vertebra a la sociedad civil es el diálogo social. Dicho esto, también es cierto que entre todos hemos de hacer esfuerzos para rebajar el tono a la hora de debatir.
¿No ha habido entonces errores por parte del Govern?
Personalmente pienso que habrá mucho tiempo para debatir lo que se ha hecho bien y lo que se ha hecho mal, porque desde luego la Covid va a marcar mucho esta legislatura. Además, los ciudadanos expresarán luego su parecer en las urnas dentro de dos años. Pero insisto, pienso que la oposición debería haber apoyado más al Govern, como ha ocurrido en muchos países. Lamentablemente, aquí tenemos a dos partidos —PP y Vox— que han decidido mantener un enfrentamiento brutal con el Govern y que hasta hace poco pedían además cosas que incluso eran contradictorias, pues querían que vinieran turistas y que al mismo tiempo no hubiera restricciones. Pero eso era imposible y defenderlo era engañar a la gente. En ese sentido, ha faltado un debate más coherente por parte de algunos partidos.
“Habrá personas a las que desgraciadamente les costará más salir de la crisis o que incluso perderán sus negocios. Mi conclusión final sería que, hasta ahora, hemos estado a la altura como sociedad y creo que con eso nos tenemos que intentar quedar”
¿Qué le diría a las personas que en estos momentos lo están pasando aún muy mal?
Creo que hemos de transmitir que intentaremos por todos los medios recuperar la situación anterior a marzo del pasado año. Con independencia de ese objetivo esencial, creo también que como sociedad deberíamos valorar que en estos últimos meses se ha hecho un gran esfuerzo colectivo para salir de la pandemia con el menor número de muertes posible y con el menor padecimiento personal posible. No hay que olvidar que la Covid es una enfermedad que mata, que ha afectado muy especialmente a las personas mayores y que además deja secuelas que todavía se desconocen en quienes la han padecido y han tenido que permanecer ingresados mucho tiempo en la UCI. En cierto modo, hemos vivido una situación casi bélica, que además ha puesto en riesgo nuestro sistema sanitario.
¿Cómo debemos enfocar entonces el futuro?
Hemos de enfocarlo de manera colectiva. Si pensamos por ejemplo en las personas cercanas que gracias al esfuerzo de todos han podido evitar la enfermedad, ello nos tiene que convencer de la necesidad de seguir siendo solidarios, para que podamos salir cuanto antes de la difícil situación económica en la que nos encontramos. En ese sentido, deben hacerse todos los esfuerzos posibles para que ello sea así. De hecho, en estos últimos meses se han creado ya mecanismos de protección social como nunca había habido antes, que intentaremos que lleguen a todos, si bien también es cierto que habrá personas a las que desgraciadamente les costará más salir de la crisis o que incluso perderán finalmente sus negocios. Mi conclusión final sería que, hasta ahora, hemos estado a la altura como sociedad y creo que con eso nos tenemos que intentar quedar.