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Recomiendan anclajes más ecológicos para los barcos que fondean en el mar de Menorca

En los estudios científicos elaborados por el proyecto MAREBI sobre el medio marino

Científicos trabajando para el proyecto MAREBI
Científicos trabajando para el proyecto MAREBI

Uno de los impactos detectados en el mar de Menorca por los científicos de MAREBI destaca que los anclajes de suspensión (muertos) de embarcaciones se deberían “eliminar, trasladar, cambiar algún elemento o modificar por un tipo de fondeo más ecológico”. Señalan que “la mayoría de muertos analizados en Fornells, Sanitja, Es Grau y Cap d’en Font están instalados correctamente” pero existe una parte de ellos se debería de cambiar. Y afirman que se ha dado un incremento de superficie ocupada por fango en la bahía de Addaia, “se ha observado una pérdida de superficie de algas, en concreto de la especie Caulerpa prolífera, de 9,4 ha en la zona cercana al puerto deportivo de Addaia, siendo la causa más probable el fondeo no regulado de embarcaciones”.

Este es uno de los principales resultados de los cinco estudios científicos sobre el medio marino elaborados por el proyecto MAREBI, trabajos que “contribuyen a mejorar el conocimiento de los ecosistemas costeros y marinos de la isla, y evalúan diferentes presiones y amenazas a las que están sometidos. Con especial atención en las diferentes áreas marinas protegidas de Menorca: Reservas Marinas, Parque Natural y red ecológica europea Natura 2000; se pretende aportar herramientas útiles que ayuden a avanzar hacia una mejor gestión y conservación del mar de la Reserva Biosfera de Menorca”.

Expertos en biología marina han evaluado el estado de conservación de las praderas de seba (Cymodocea nodosa) del norte de Menorca, analizando cuáles son las zonas marinas más vulnerables y actualizado la cartografía de los diferentes hábitats submarinos que se encuentran en la mitad sur de la Bahía de Fornells.

Además, técnicos del Departamento de Medio Ambiente del Consell han actualizado los indicadores de afluencia de usuarios en las playas de Menorca y el seguimiento de las poblaciones de tres especies de aves marinas: el cormorán moñudo, la gaviota de Audouin y la gaviota patiamarilla.

Por otra parte, las actividades de divulgación del proyecto han contado con una buena participación en el ciclo de Cine “CineMar” y en el de conferencias “Una isla, un mar,” con unas 270 personas de público y 32 expertos de diferentes ámbitos relacionados con el mar, que han compartido su conocimiento y suscitado el debate y la reflexión.

Así, se han tratado temas tan actuales como las nidificaciones de tortugas marinas en Menorca, el estado de salud de nuestro mar, el efecto del cambio climático en los corales, cómo afecta la contaminación acústica a los cetáceos, la necesidad de transitar hacia un consumo responsable de productos pesqueros y la situación de la mujer en las ciencias marinas, entre otros muchos.

También se ha editado un cuento dirigido al público infantil y de primaria, “Una mar de tesoros”, que constituye una actividad de educación ambiental en formato de cuenta cuentos, en la que han participado unos 230 escolares. Y, finalmente, se ha reeditado el manual de buenas prácticas para la navegación “Más mar más Vida”, de los que se han distribuido 2000 ejemplares en distintos lugares estratégicos con la colaboración de la Asociación Menorquina de Empresas Náuticas (ASMEN).

Menorca es, desde 2019, la Reserva de Biosfera con mayor parte marina del Mediterráneo con una superficie total de 445.005 ha. Conocer y gestionar esta extensa superficie de mar representa un gran reto para nuestra isla, que requiere la implicación de diferentes instituciones y el soporte de la ciudadanía en general. En este contexto, el proyecto MAREBI pretende aportar su granito de arena.

MAREBI ha podido llevarse a cabo gracias al apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, a través del programa Pleamar cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).

Las biólogas marinas del Obsam han analizado 34 tipos de presiones diferentes que afectan potencialmente al estado de conservación de los ecosistemas marinos. Se han solapado estas presiones con zonas marinas sensibles, lo que ha permitido crear un mapa con diferente intensidad de vulnerabilidad y detectar cuáles son las zonas prioritarias para la gestión, siendo éstas las siguientes:

  • Puertos. Principalmente el Puerto de Ciutadella y Maó. Acumulan gran cantidad de actividades susceptibles a generar presiones sobre el medio marino.
  • Bahías. Principalmente Fornells y Addaia. Gran valor ecológico y concentración de distintos tipos de actividades humanas.
  • Calas. Principalmente las más frecuentadas del sur donde también desembocan torrentes (p.ej. Cala en Porter, Son Bou, Cala Galdana, Macarella, Cala en Turqueta, Son Xoriguer, Cala Blanca).
  • Canal de Menorca. Zona de importancia ecológica en la que se concentran actividades como la pesca, el tráfico marítimo y la conducción de cables eléctricos.
  • Zona sur. Caso similar al anterior, donde también existe una zona de interés para cachalotes.
  • Zona de levante. Zona de tráfico marítimo solapada con presencia de cachalotes.


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