El aumento del consumo y uso de internet es incontestable. Lo era ya con una tendencia clara al crecimiento antes de la pandemia y ha sido precisamente ésta la que ha consolidado su utilización en la gran mayoría de los hogares.
Sin embargo, solo el 30% de las empresas tiene su propia página web. En el sector servicios aumenta a un 43% pero continúa siendo un porcentaje relativamente bajo en cuanto la presencia en internet se asocia a una mayor competitividad. El mundo de la empresa en Baleares sigue con una digitalización baja o deficiente. Un ejemplo es que solo el 12% permite la personalización en línea de sus productos o servicios y solo el 16% permiten hacer un seguimiento de los pedidos o de las reservas de forma telemática.
El conocido como pequeño comercio tradicional debe aún reinventarse o morir ante la evidencia de que internet no es un servicio añadido si no que ha de formar parte del negocio como parte fundamental de la estrategia.
GADESO analiza los datos y advierte que, con apenas un 21% de pequeños comercios que tienen una web, apenas un 17% con catálogo online, con apenas un 11% que puede recibir pedidos por la web y aún con porcentajes más bajos de seguimiento de pedidos o personalización de productos, podemos ver en poco tiempo cómo cambia el aspecto de las calles comerciales de nuestras ciudades, donde poco a poco podrían ir desapareciendo las tiendas de toda la vida para dejar la compra de artículos a las plataformas que se han especializado en comercio online.
Antes de la pandemia, el consumo a través de internet era de un 43% y tras la pandemia ya supone el 58%. La conexión de banda ancha ha aumentado un 31% en los últimos 10 años en hogares con miembros de entre 16 y 74 años. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el último año un 55% de la población de Baleares ha realizado compras por internet, lo que supone un aumento de un 12%. Los artículos que más compramos son ropa y accesorios, electrónica y viajes.