Skip to content

“Nada de fake y todo de toshi”

Un artículo de José A. García Bustos

Imagen de Bitcoins.
Imagen de Bitcoins.

Los enemigos de Craig Wright se cuentan por millares. Se dirigen a él con el despectivo calificativo de Faketoshi (el falso Satoshi), combinación de fake (falso en inglés) y toshi (en referencia al pseudónimo del creador de Bitcoin).

Craig es un hombre que tiene un elevado Cociente del Espectro Autista (45 sobre 50), a la vez que una inteligencia fuera de lo común. Tiene en su poder múltiples doctorados, másters y grados universitarios. Tiene un trastorno del sueño y solo duerme entre 4 y 5 horas al día. Mientras lo hace, somete a su inconsciente a la escucha de audiolibros al triple de velocidad de lo normal. Como buen paciente de Asperger, su obsesión es aprender sobre aquello que le interesa.

Como se ve, Craig Wright es un ser diferente. Extremadamente diferente, como a él se refirió una vez su hermana Danny.

Los abogados del prestigioso despacho, de apellidos hispanos, Rivero-Mestre le han acompañado durante más de tres años en la preparación y vistas preliminares del juicio civil de mayor importe de la historia de Estados Unidos. Durante ese periplo, y tras innumerables horas de preparación y asistencia a Sala, han tenido la ocasión de conocer a fondo al Dr. Wright.

Se refieren a él como una persona creativa y compleja, a la vez que extraordinaria. Le califican de genio y, tras conocer a la criatura, reconocen que una persona común no hubiera podido inventar Bitcoin.

El petitum de la parte demandante consistía en reclamar la mitad de 1,1 millones de bitcoins en propiedad del inventor Satoshi Nakamoto, además de los derechos de coautoría por la creación del activo digital y su cadena de bloques. La parte demandante es el hermano y heredero del fallecido colaborador de Craig. Ha valorado su petición en la friolera de 600 mil millones de dólares (600 billions americanos).

Era tal la complejidad del caso que la deliberación del jurado se alargó una semana y un día y requirió de un toque de atención por parte de la jueza para acelerar la consecución del veredicto. Estuvo a punto de quedar sin él y hubiera requerido de la repetición con un nuevo jurado. Al final, se concluyó de manera rotunda que no hubo coautoría en la creación de Bitcoin. Craig Wright pudo tener ayuda puntual pero la idea e implementación de Bitcoin le corresponden solo a él.

¿Qué diferencia hay entre no contestar de manera expresa a la pregunta de si Craig es Satoshi o afirmar que lo creó sin ayuda? Los haters (enemigos) de Craig se basan en que no se le preguntó lo primero y siguen negando su autoría. El jurado decidió lo segundo ¿No se responde lo mismo?

En el juicio se mostraron nuevas pruebas de que Craig inventó Bitcoin. Por ejemplo, la propuesta que Craig presentó el año previo a la puesta de largo de Bitcoin a la consultora BDO de Australia para ir de la mano en la invención de un dinero digital electrónico. La consultora lo rechazó y Craig siguió el camino en solitario.

Una de sus abogadas, Amanda McGovern, admira la valentía de Craig porque lleva años caminando solo en la defensa de su creación y en el camino ha encontrado innumerables trabas.

Desde 2016, sus detractores le llaman el falso Satoshi (Faketoshi, siendo fake, falso en inglés). De Craig, destaca su abogada, su naturaleza de superviviente en un mundo que le ha sido hostil y que, tras romper las normas del statu quo y ser un incomprendido, ha tenido que luchar contra viento y marea para defender su creación. Aún sigue haciéndolo. Según Craig, se ha ganado una batalla. Ha salido reforzado ella y ahora va a por la guerra.

Sus abogados resaltan que su defendido ha sido demandado por algo tan duro como fraude y robo civil. Con toda rotundidad, el jurado ha rechazado cualquier tipo de fraude, ni puntual ni continuado. Aunque desmonte el argumento de muchos, se ha determinado que Craig no es un fraude.

Uno de los testigos ha sido un perito psicólogo que asegura que, si ya de por sí un paciente de Asperger dice lo que piensa de manera espontánea y no concilia bien con la mentira, según el análisis al que le sometió, Craig Wright tiene extremas dificultades para mentir.

Craig va a por la victoria final. Ahora tiene pendientes dos juicios de sumo interés. El primero contra una Asociación de empresas del sector (COPA) que ponen en entredicho que le pertenezca el copyright sobre el whitepaper de Bitcoin y sobre su base de datos, independientemente de que le fuera concedido por la Oficina de Patentes de Estados Unidos.

El segundo caso promete ser muy potente y tener importantes repercusiones en el ecosistema cripto. Este lo interpondrá el propio Craig y va contra todos los que han vendido BTC (Bitcoin Core; el dominante; el que cotiza a 48 mil dólares) como Bitcoin, habiéndole usurpado su creación y habiéndose beneficiado por ella. Es decir, va contra los principales exchanges. Y lo que pide por el uso de su base de datos es estratosférico. El daño causado lo valora en la diferencia entre los 48 mil dólares a los que cotiza hoy BTC y los 133 a los que lo hace BSV, el auténtico bitcoin. Esa diferencia hay que multiplicarla por los 21 millones de monedas que configuran el máximo de bitcoins que habrá en circulación.

En resúmen, la sentencia del denominado “Juicio del siglo”, no solo afirma que Bitcoin es invención de Craig, en solitario sino también, y muy importante, que Craig no ha cometido fraude. Es decir, Craig Wright no tiene nada de Fake y todo de Toshi … de Satoshi.


Deja un comentario

Your email address will not be published.