Skip to content

“Necesitamos medidas comunes en toda Europa para poder seguir trabajando”

Jorge Marichal, presidente de CEHAT y de Ashotel

El futuro hotelero.
El futuro hotelero.
Jorge Marichal expone cómo se debe afrontar 2022 en clave empresarial pese a la pandemia. (Foto: JAVIER FERNÁNDEZ)

El empresario Jorge Marichal (Santa Cruz de Tenerife, 1973) es el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) desde diciembre de 2019. Asimismo, desde hace doce años es el presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel). Además, es el CEO de la cadena Macaronesian Hotels & Resorts, con establecimientos en Tenerife y La Gomera. De su formación académica cabe destacar que Marichal es licenciado en Dirección y Administración de Empresas por la European Business School, con estudios cursados en Madrid, Londres y Munich.

¿Cuántos asociados tiene la CEHAT?

Nosotros tenemos más de 16.500 asociados, a los cuales representamos. La verdad es que el sector hotelero en España es muy diverso y muy amplio, con una casuística muy variada. En ese sentido, representamos tanto los intereses de las grandes cadenas como los intereses de los pequeños hoteleros, que por ejemplo pueden tener hoteles rurales remotos en algún punto de nuestro país.

¿Y a partir de ahí?

A partir de ahí, primero hay una labor de lobby, que ejercemos ante las administraciones públicas pensando en lo que necesitan nuestros asociados. Además, desarrollamos también una labor de acompañamiento, pues hay muchas asociaciones y muchos hoteleros que por su tamaño no tienen los recursos que podamos tener en la CEHAT a nivel técnico, jurídico o económico. Asimismo, servimos de nexo de unión entre la Administración y nuestros asociados, con cuestiones como por ejemplo ahora los fondos europeos ‘Next generation’, presentando proyectos e iniciativas para su aprobación. Otro asunto en el que estamos trabajando en estos momentos es en la defensa de los intereses y los derechos de los hoteleros en el marco de la nueva reforma laboral.

¿Se han sentido apoyados por las distintas instituciones desde el inicio de la pandemia?

Sí, nos hemos sentido apoyados. Mire, yo provengo de otro sector —el sector inmobiliario—, que en la crisis de 2008 se sintió, en cambio, totalmente abandonado por las instituciones. En aquel momento, los bancos ejecutaron todos los créditos y los malvendieron a fondos de inversión “buitres” extranjeros, que al final nos han vuelto a vender los créditos a nosotros, a precio de mercado, por lo que se han hecho todavía más ricos, habiendo arruinado a media España en aquel momento.

“El comportamiento personal responsable es el primer muro frente al coronavirus”

En esta nueva crisis ha sido entonces distinto…

Efectivamente. Cuando empezó la pandemia, no había un “libro de instrucciones” para poder abordarla, pero las instituciones han estado ahí, con los medios que han tenido, tanto a nivel local como autonómico y nacional. En esta ocasión ha habido por lo menos una intención positiva de echarnos una mano.

¿Qué le piden ahora a la Administración?

Le pedimos que sea consecuente con la situación que tenemos, en el sentido de que no se pueden seguir aplicando las mismas recetas para cosas diferentes. Necesitamos medidas comunes a nivel europeo y sobre todo a nivel internacional para que pueda haber una cierta movilidad de las personas, naturalmente controlada, para que el sector turístico pueda seguir trabajando, porque si no, es imposible seguir trabajando de esta forma.

Entiendo, sí…

Se ha demostrado que el sector turístico ha hecho las cosas bien. Los protocolos se hicieron bien y han funcionado, y apenas ha habido contagios que se puedan achacar a nuestro sector. Por tanto, se debe permitir la actividad en unas condiciones de seguridad. Deben establecerse los corredores seguros y sobre todo las situaciones fijas, para que no haya que estar inventando nada sobre la marcha y para que las cosas estén claras. Si hay unas condiciones que hay que cumplir, que se sepan de antemano para saber a qué atenernos.

¿Y por lo que respecta a los fondos europeos?

En el caso de los fondos europeos, tiene que haber una cogobernanza mixta, público-privada. Ahí no podemos cometer el error de hacer otro plan como aquellos fallidos que se hicieron en su día, en donde se gastó un montón de dinero en cosas que no servían. Sólo añadiría, en ese contexto, que los empresarios no somos sospechosos de hacer cosas que luego no tengan un retorno.

“Cuando empezó la pandemia, no había un “libro de instrucciones” para poder abordarla, pero las instituciones han estado ahí”

¿Cuál sería la receta para recuperar el máximo número de turistas?

La fórmula sería que la Unión Europea fuera realmente “unión” y que se practicasen los protocolos de una manera consensuada y generalizada para todos. Por tanto, como he señalado ya, hay que establecer unas condiciones fijas, comunes para todos, para que se pueda dar una movilidad geográfica que permita que siga existiendo el turismo, porque si no, esto va a ser una auténtica locura. La gente no tiene por qué tener normativas diferentes dependiendo de a qué comunidad autónoma va o de qué país viene.

¿Qué hay que hacer entonces?

Debe haber una normativa homogénea, que esté liderada por la Organización Mundial del Turismo, en connivencia con la Organización Mundial de la Salud, para que podamos convivir con este virus, porque llevamos ya dos años de pandemia y parece que aún no nos hemos dado cuenta de que con esto hay que convivir. Mire, la salud es lo más importante y lo segundo más importante es la economía. Por tanto, lo que tenemos que hacer es preservar la salud de la mejor manera posible, pero fomentando que al menos haya una parte de la economía que se siga moviendo, porque si no, moriremos, pero será de pena.

¿Es posible que haya habido también algún país que no haya aplicado las restricciones adecuadas?

Más allá de que algunos países lo hayan hecho mejor o peor, el problema es que lo han hecho de manera diferente a como lo han hecho otros países. Si todos los países hubiéramos hecho lo mismo, no habría estas suspicacias. Lo que no se puede hacer es mezclar política con salud o política con economía. Le pondré un ejemplo. No tiene ninguna lógica que un niño británico de 13 años no pueda entrar en España con una vacuna y un test, mientras que un niño austriaco o alemán sí puede entrar en nuestro país con un test de antígenos. Lo que importa, en definitiva, es que la gente que venga lo haga en condiciones de seguridad.

“Los protocolos deberían practicarse de una manera consensuada y generalizada para todos”

¿Cuáles serían esas condiciones de seguridad?

Serían las que pongan quienes entienden de esto, que son los sanitarios, no los políticos. Esas condiciones de seguridad deberían adoptarse en base a lo que digan los sanitarios, los datos estadísticos, los conocimientos científicos y el sentido común, que es un sentido que últimamente no se está aplicando demasiado.

¿Las vacunas y las medidas de prevención están siendo un buen binomio?

Así es, efectivamente, pero creo que no deberíamos olvidarnos de lo más importante de todo, que es la responsabilidad personal. Está claro que cuando hemos rebajado las condiciones y hemos creído que esto se había pasado, se ha vuelto a ver la peor cara de la pandemia. Yo creo que el comportamiento personal responsable es el primer muro que tenemos que poner frente al virus. En ese sentido, tenemos que estar muy orgullosos de que en nuestro país haya un 90 por cien de la población vacunada, pero al mismo tiempo deberían preocuparnos determinados comportamientos en estas últimas semanas, porque se supone que si todos guardamos las medidas de seguridad, no tendría que estar disparándose la incidencia de casos de Covid como se está disparando ahora.

Tras un 2020 malo y un 2021 algo mejor, ¿cómo prevé CEHAT que pueda ser 2022?

Nosotros creemos que el 2022 tiene que ser mejor que el 2021. De hecho, todos los indicadores nos dicen que este año puede ser bastante mejor que el año pasado si se siguen haciendo las cosas con una cierta normalidad. En cambio, si volvemos a los comportamientos irracionales e ilógicos de las últimas semanas, va a ser muy complicado que podamos seguir manteniendo estas buenas previsiones. Pero en fin, tenemos que ser optimistas. Lo bueno es que la demanda existe y que en cuanto hay posibilidades de movilidad la demanda se recupera rápidamente. Por eso, tenemos que ser positivos y estar preparados para seguir cumpliendo los protocolos, para que se mantenga la sensación de seguridad y los clientes sigan confiando en nosotros.

¿Cómo ha vivido Canarias la crisis provocada por el coronavirus?

El golpe en Canarias ha sido durísimo, incluso más duro que en otros lugares de España. En Baleares y en la Península tuvieron un buen verano, porque cuando empezó a moverse todo, la incidencia de casos de coronavirus estaba muy baja. En ambos enclaves existió mucha demanda nacional interna y hubo unos muy buenos índices de ocupación. La gente prefirió quedarse en la Península o ir a Baleares en barco o en avión, que además es mucho más barato que ir a Canarias. A ello habría que añadir que en Canarias tenemos el hándicap de que estamos a dos horas y media o tres horas en avión desde la Península y por tanto los costes se multiplican.

“Deben establecerse los corredores seguros y sobre todo las situaciones fijas, para que no haya que estar inventando nada sobre la marcha”

¿Y en otoño también fue así?

El otoño empezó muy bien en Canarias, con un mes de octubre muy bueno y un mes de noviembre buenísimo. Además, las previsiones para las Navidades eran muy positivas, pero apareció la variante ómicron y nos empezó a chafar lo que para nosotros es la temporada alta. Esperamos que la situación se recupere un poco de cara a enero, febrero y marzo, que también son meses buenos para nosotros, para que podamos tener una cierta recuperación. La situación geográfica que tenemos en Canarias y nuestra idiosincrasia turística hacen que normalmente vayamos a contramano. Eso en muchas ocasiones nos ha venido muy bien, pero en este caso nos está castigando bastante.

Recuerdo que usted defendió a la ministra de Turismo tras sus controvertidas declaraciones iniciales sobre el volcán de La Palma…

Sí, defendí a Reyes Maroto porque cuando habló, lo hizo desde el punto de vista turístico, que es lo que tenía que hacer —la ministra afirmó el 20 de septiembre que con el volcán la isla se podía convertir en un reclamo para aquellos turistas que quisieran ver aquel “espectáculo tan maravilloso de la naturaleza”, si bien ese mismo día matizó poco después esas primeras declaraciones, señalando que el Gobierno estaba “con los afectados, con las víctimas, pensando cómo recuperar esa normalidad”—.

¿Entiende en cualquier caso las críticas que recibió Maroto?

Mucha gente le cayó encima porque consideraba que no se podía hablar de aquello en aquel momento. Se puede entender que haya quien piense que la manera de decirlo de la ministra, la ocasión o las formas no fueron las adecuadas. Pero yo siempre me quedo con las intenciones de las personas y pienso que lo que la ministra quería hacer con su mejor voluntad era echar una mano a la isla desde su ámbito de competencias turísticas. De hecho, recientemente visitó de nuevo La Palma y puso sobre la mesa un paquete de medidas para que la isla pueda revitalizarse y volver a brillar como lo hacía antes de la erupción del volcán.

.- Este es un artículo de Josep Maria Aguiló i Mallorcadiario.com para Menorcaaldia.com


Deja un comentario

Your email address will not be published.