Hace algún tiempo, la administración local de la isla buscó el asesoramiento de técnicos para establecer algo así como un mapa de la situación del campo de Menorca. La voluntad era establecer una hoja de ruta que solucionara problemas serios que tenía (tiene) el sector primario de la isla. La falta de rentabilidad en un mercado muy competitivo, el peligro de que esto pudiera acabar con el interés de las nuevas generaciones que vienen detrás de los actuales garantes de este sector, de los aspectos de impulsar la calidad en la producción y hacerla rentable en los mercados, combatir con inteligencia el aumento de los costes de producción…
De ese análisis se han puesto en marcha una serie de iniciativas de las que este programa de formación continua que tiene que durar inicialmente dos años llevará una formación de calidad a los agricultores y ganaderos que pueden estar interesados.
La Fundación Menorca Preservation ha mostrado su apoyo al sector agrario y ganadero de la isla para ayudarles a alcanzar una forma de trabajo más sostenible y al mismo tiempo dar respuesta a los problemas a los que se enfrentan diariamente. Para ellos se ha creado este programa de formación continua que está íntegramente subvencionado por Menorca Preservation y Leader, suponiendo coste cero para los agricultores.
El concepto de sostenibilidad, según explicó esta semana pasada en Radio Menorca la portavoz de Menorca Preservation Rebeca Morris, no se trata únicamente de un tema medio ambiental. También es preciso aspirar a una sostenibilidad económica y social. La estrategia agroalimentaria del Consell, en la que ha puesto gran interés, sigue esta línea de acción en la que se ofrecerán hasta cinco módulos de formación con un elenco destacado de profesores.
Desde 2017, el Consell Insular de Menorca aprobó por unanimidad adherirse al Pacto de política alimentaria urbana de Milán. Se entiende que, desde la gestión política de la administración pública, se puede contribuir a un cambio de modelo alimentario, trabajar por una mayor accesibilidad a una alimentación saludable para toda la población y, a su vez, estructurar y dinamizar un sector agrario que tiene especial importancia para la preservación paisajística y sus valores naturales. La acción local puede favorecer un modelo de producción, distribución y consumo basado en la agricultura familiar, de proximidad, de temporada, sostenible y que persiga los objetivos de la soberanía alimentaria.
Desde el Consell Insular llevan años trabajando en diferentes líneas de acción hacia unas políticas alimentarias, muy cercanas a los principios del Pacto de Milán, pero sin una visión conjunta de éstas y poca transversalidad. Esta formación es el siguiente paso hacia la consecución de unos objetivos que contemplan fomentar la colaboración entre las distintas administraciones implicadas en la política alimentaria, promover una alimentación saludable accesible en toda la sociedad, contribuir a la producción de alimentos responsable, conservar los valores naturales, culturales y gastronómicos ligados a la actividad primaria, fomentar los circuitos cortos de comercialización y reducir el desperdicio alimentario.
