Si, es cierto, el rival no era de campanillas, instalado en la última posición, pero el Hestia Menorca necesitaba de un triunfo tranquilizador, convincente, balsámico y que le diera alas de cara a un sector de calendario duro que se avecina, el 58-78 final refleja la superioridad menorquina ante un Villarrobledo que solo aguantó 15 minutos, los que tardaron los menorquines en ajustar su nivel defensivo y afinar su puntería.

Mención a parte merece un jugador, Diego Alderete, imperial su partido, un jugador que ya viene demostrando de lo que es capaz, pero que en Villarrobledo se salió, 26 puntos, 13 rebotes y 46 créditos de valoración, unos números que hablan por sí solos. Buen partido también de jugadores como Longarela, especialmente en la primera parte, y de Pitu Jiménez.

Inicio ilusionante para los intereses menorquines, Alderete y Sorokin catapultaban al equipo hasta un 9-17, pero el Villarrobledo entró en el partido gracias a un 6-0 que cerró el primer cuarto con un ajustado 15-17 y pudo crear ciertas dudas en el equipo menorquín.

La sentencia y tranquilidad para los intereses menorquines llegó el los albores del tercer período, Alderete ejerciendo de líder, en rebote, en tiro de dos y en tiro de tres, extraordinario partido el suyo, y la ventaja que se disparaba hasta los 19 puntos tras triple de Timoner. Los manchegos lograron minimizar los daños y llegaron al último cuarto con un 45-59.

Un triple de Alderete habría el tramo definitivo del partido y despejaba cualquier duda que pudiera surgir en torno a una posible remontada del Villarrobledo, la diferencia no se reduciría significativamente gracias a la perfecta gestión que supo hacer el equipo del botín obtenido, al contrario, se estiraría hasta los 20 puntos finales. Un triunfo necesario ante los futuros compromisos que se presentan, el primero de ellos ante el Benicarló de Xavi Hernández.