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“Ser madre no te impide ascender, pero te lo ralentiza”

Entrevista a Janka Jurkiewicz, la primera mujer que llega a inspectora jefe de la Policía Nacional ascendiendo desde dentro en Balears

"Lo que quiero decirle a cualquier niña es que los límites te los marcas tú y puedes llegar hasta donde te lo propongas".
"Lo que quiero decirle a cualquier niña es que los límites te los marcas tú y puedes llegar hasta donde te lo propongas".

Janka Jurkiewicz es la primera mujer que llega a inspectora jefe de la Policía Nacional ascendiendo desde dentro en Balears. Después de tres intentos y un proceso judicial que finalmente le dio la razón, la hasta ahora jefa de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) sube un peldaño y se va a la comisaría de Manacor (Mallorca) de número dos. Querida y admirada por muchos -de dentro y de fuera de la Policía- es, sin género de dudas, un referente de la igualdad entre mujeres y hombres.

 

Rompe una barrera más.

Sí, inspectoras jefas somos muchas dentro de la Policía Nacional, y también comisarias, pero en Balears sí que soy la primera mujer que, dentro de la plantilla, asciende a inspectora jefe.

¿Qué cree que supone?

Visibilidad. Lo que quiero decirle a cualquier niña es que los límites te los marcas tú y puedes llegar hasta donde te lo propongas. Que suena muy a eslogan pero es así. Había una niña del colegio de mis hijos que, cuando llegaba Carnavales, siempre quería disfrazarse de policía y a los demás les sorprendía. Entendían que era un trabajo más de chicos.

Quiero decirle a todas las niñas que los límites te los marcas tú, que puedes llegar hasta donde te lo propongas

¿Hay machismo en la Policía?

La Policía es una institución de hombres y mujeres, trabajamos de la mano y trabajamos muy bien. Y sobre las cuotas, vamos bien encaminados. En mi promoción hemos ascendido 154 personas: 33 somos mujeres, casi un 20 por ciento. Queda mucho por hacer pero la cifra es muy positiva y superior a la de otras instituciones.

Usted es un referente incuestionable en el ámbito de la igualdad. ¿Le ha penalizado profesionalmente ser madre (de tres, además)?

Es una pregunta complicada. Ser madre no significa que no puedas ascender pero lo ralentiza. Pero ojo, nos ocurre a nosotras y a ellos. Tener hijos es una responsabilidad muy grande que hay que combinar con el trabajo y el estudio. También hay hombres que deciden no ascender porque supone cambiar de destino y prefieren sacrificar ese paso. La institución en sí nos lo pone a todos en la misma bandeja, luego cada una y cada uno decide.

La UFAM nunca ha dejado de hacer su trabajo, ni siquiera en los momentos malos

Hablemos de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM). Usted llegó en un momento crítico, después del asesinato de Sacramento Roca a manos de su ex.

Sí, los dos responsables fueron destituidos y el grupo quedó anímicamente tocado, así que hubo que levantar el ánimo y la moral. Es importante remarcar que una desgracia que ha ocurrido no tiene que volver a pasar, la gente es solvente y remonta. Y, que quede claro, nunca dejó de hacer su trabajo.

¿Tiene mucho trabajo la UFAM?

Muchísimo. Abarcamos muchas ramas: violencia de género, protección de las mujeres, violencia doméstica –mujeres contra hombres, hijos contra padres o abuelos, padres o abuelos contra niños, parejas del mismo sexo… Entra todo. Luego también atendemos los delitos sexuales: el acoso, abusos, agresiones. En Palma la incidencia es alta y hay que afrontarlo con los recursos que tenemos, tampoco puedes dedicar toda la Policía a la UFAM.

¿Cómo es el seguimiento de las víctimas de violencia machista?

Depende del nivel de riesgo que marca el sistema VioGen (riesgo no apreciado, bajo, medio, alto y extremo). Una víctima con riesgo apreciado siempre tiene un teléfono de contacto a través del cual la Policía se pone en contacto para hacer seguimiento. Sin embargo, si el riesgo es extremo, hacemos vigilancia las 24 horas del día con el apoyo de Seguridad Ciudadana. Mantenemos un coche con dos policías a las puertas de la casa de la víctima.

La Policía se basa en VioGen para determinar el riesgo en violencia de género pero nuestro olfato es crucial

¿Para que sea extremo tiene que haber una agresión ya ejecutada?

No, no necesariamente. El Sistema Viogen, que es nuestra base de trabajo, combina diferentes ítems para determinar el nivel de riesgo y puede ocurrir que, después de una agresión clara como un puñetazo,- el nivel que salga no sea ‘extremo’ o que, por el contrario, sin una sola lesión sea ‘extremo’. En ambos caso se dará protección a la víctima pero no será tan intensa en unos casos que en otros.

¿Cómo puede ser eso?

El algoritmo tiene en cuenta múltiples factores. Por ejemplo, la gente de menos 25 años es más tendente a repetir la agresión cuando el tema está caliente. Eso no significa que vaya a ocurrir, pero se tiene en cuenta. O por ejemplo, volviendo al puñetazo que no acaba en ‘riesgo extremo’ puede ser porque concurran otros factores que determinen que ese episodio fue un calentón (que quede claro que siempre ofreceremos protección).

¿Sólo se basan en VioGen?

No, VioGen nos ayuda a determinar el nivel de riesgo pero no nos limita a la baja. Si nosotros vemos algo más, subimos la protección. Jamás será menos que la que marca el sistema pero sí puede ocurrir que la elevemos porque intuimos amenazas.

Afinan el olfato policial.

Claro. Una máquina es una máquina, jamás será capaz de captar algunas señales que sí podemos hacer los policías en persona. Si cuando estás entrevistando a una mujer víctima de violencia de género te sale un riesgo medio pero intuyes que hay algo más, le aseguro que aumentaremos los recursos.

Juega en su contra que muchas víctimas, por miedo o por tantos años de sumisión, no hablan claro.

Sí, es un hándicap porque el proceso de una víctima depende de cada persona. Hay quienes se te echan a llorar desde el primer segundo y otras necesitan un tiempo. Aparentemente, están bien, y no es así. A algunas mujeres hay que especificarles que son víctimas de violencia de género porque ellas no se reconocen como tal y no están en comisaría para denunciar.

Los partidos políticos han hecho de la violencia de género una guerra. ¿Es una farsa? ¿Se ha exagerado o hay realmente mucha violencia machista?

Sí que la hay, mucha. Por desgracia, algunos sólo saben canalizar su frustración tomándola con el más débil. Si a eso sumamos, además, las crisis que llevamos (la pandemia, los problemas económicos, ahora la guerra de Ucrania) pues se disparan las agresiones, las lesiones. Si lo vemos en la calle, en las peleas al volante, imagínese cuando llegan a casa.

Sí, hay mucha violencia de género

¿Es fluida la colaboración con otras instituciones, como servicios sociales o entidades feministas?

Mucha. En tema de menores y mujeres, la colaboración es esencial porque la Policía pone la tirita a la herida pero los recursos posteriores que empoderan a una mujer, corresponde a otros ámbitos. Y, por supuesto, con los menores, es fundamental la acción de asociaciones como Fundación RANA.

Resulta inquietante la de juicios por abusos a menores que hay señalados. ¿Hay más o es que se denuncia más?

Yo creo que afloran más. Piense que si a una mujer adulta ya le cuesta salir de su silencio, para un niño es un drama inmenso. Su padre es su padre, es su mundo. Hay casos que han emergido después de una charla de Participación Ciudadana en un colegio. La niña o el niño se han sentido identificados con lo que les contaba el policía y sólo así lo han podido comunicar.

Hay casos de abusos a menores que afloran con una charla de la Policía en los colegios, por eso es tan importante la colaboración

Hablamos ahora de su nueva tarea en la comisaría de Manacor. Se va de número dos.

Sí, a Seguridad Ciudadana, para mí es un reto. Hace tiempo estuve de coordinadora del área cuando se creó pero me quedé embarazada enseguida y, como eran otros tiempos, me aparcaron rápidamente en los despachos (ríe). Ahora las cosas ya no son así.

*Una entrevista de Cristina Suárez.


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