Una derrota digna, plantando cara y tratando de tú a tú a un gran equipo como es el Castelldefels, el 100-89 final en favor de los locales no muestra el buen partido realizado por los de Gino Rovellada en el que era el último desplazamiento de la temporada.
El partido, que se inició con 15 minutos de retraso y con un Pinta B mermado en efectivos, empezó siendo controlado por los locales, beneficiados por las faltas personales, que le llevaron al tiro libre desde los tres minutos del primer período, y con un letal Mañés abrieron brecha al finalizar el cuarto, 33-20. Los minutos iban pasando, los locales seguían siendo dueños del marcador y al descanso parecía que el triunfo tenía color catalán, 58-43.
Pero el Pinta B aún tenía mucho que decir, mostraron su mejor versión, la que le ha llevado a realizar una gran segunda parte de la competición y redujeron a 10 la distancia, aún pondrían en más aprietos al Castelldefels y a 2 minutos del final la diferencia era solo de 6 puntos. Un fallo desde el triple y una discutida técnica al técnico menorquín, segunda del partido y que provocó su expulsión, dinamitaron las opciones menorquinas.
