El presidente de la Asociación de Vecinos de Jardins de Malbúger, Juan Domínguez, asegura que “nos hemos reunido varias veces con el alcalde del municipio y hemos intentado por tierra, mar y aire que el Ayuntamiento nos escuche, pero todo ha sido inútil”. Por esto, los vecinos de esta urbanización de Maó denuncian que “se sienten completamente abandonados por el Ayuntamiento, después de intentar en varias reuniones con el alcalde Héctor Pons que ponga remedio al progresivo deterioro de las infraestructuras viarias y de servicios del lugar”.
El principal problema que sufren los 2.500 vecinos y las 420 viviendas de Jardins de Malbúger son “los 400 árboles, aproximadamente, de la zona ya que casi la mitad son moreras que necesitan dos podas anuales y no hay manera que el Ayuntamiento cumpla con su obligación. Además, la mayoría de los árboles cuentan con un alcorque demasiado pequeño, lo que les genera distintos tipos de problemas. Otras anomalías frecuentes son ejemplares sembrados en aceras demasiado estrechas o encontrarse a una distancia demasiado corta unos de otros. La ubicación no se considera la más propicia en ciertos casos y, un problema menor, pero significativo, es el “conflicto” del árbol con las plazas de aparcamiento. También se pone el acento en decenas de plataneros que, en ciertas épocas de año, sufren invasiones de pájaros que provocan suciedad e incluso problemas de salud y alergias a los vecinos”.
Domínguez señala que “lo más grave de todo es que estas deficiencias se recogen en un informe que elaboró el botánico Pere Fraga a instancias del propio Ayuntamiento, pero, incomprensiblemente, se niegan a ejecutarlo”.
Dicho informe, según los vecinos, concluye que “se deberían eliminar 115 árboles y substituir un centenar más. También señala que las especies de los árboles se eligieron bien, en sintonía con la calle, pero sin tener en cuenta algunos aspectos del entorno, como es el poco espacio disponible”.
Aseguran de la Asociación de Vecinos que “la dejadez de funciones del Consistorio ha provocado que las raíces de los árboles vayan creciendo en exceso con el paso del tiempo, de manera que están rompiendo las aceras provocando que algunos tramos resulten impracticables e incluso muy peligrosos para los transeúntes. Las raíces de los árboles también están rompiendo las canalizaciones de agua y alcantarillado, así como las líneas de teléfono y fibra óptica“.
Los vecinos de Jardins de Malbúger no entienden “porqué se pueden podar, e incluso eliminar, árboles de otros barrios de la ciudad, como, por ejemplo, la Avinguda Menorca y/o el Camí des Castell, que estaban creando problemas a las viviendas pero, en cambio, en Malbúger no se puede hacer nada al respecto”.
Destacan que “las deficiencias, lamentablemente, no acaban aquí y los residentes afirman que el sistema de limpieza pública viaria es precario y provoca una suciedad generalizada, algunas bocas de agua para incendios están oxidadas y sin ninguna protección, la zona deportiva y de juego infantiles está abandonada y resulta peligrosa porque, a escasos metros, se ubica el talud inacabado que debía separar la urbanización del Hospital Mateu Orfila, la presencia policial es muy escasa, las tapas de registro de las canalizaciones también están oxidadas y a desnivel con el asfalto, hay innumerables farolas con la luz fundida y con las tapas de los báculos cerradas con bridas de plástico, así como hay decenas de alcorques vacíos o con troncos de árboles cortados a más de un metro de altura”.
Por todo esto, cada vez más vecinos piensan que “el ninguneo que sufren por parte del Ayuntamiento responde a motivos exclusivamente políticos, ya que Jardins de Malbúger no es una urbanización proclive a la tendencia ideológica del equipo de gobierno municipal. En cambio, otros opinan que se trata, simplemente, de su nula incapacidad para dirigir equipos ni para gestionar”.
