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Sergi Llull: “Cuando vienen mal dadas, Laso pone el pecho por nosotros”

El menorquín destacó la dureza de la temporada por lesiones, Covid y el 'susto' con el entrenador

Entregado a Laso.
Entregado a Laso.
El jugador explica cómo surgió el detalle de darle a su entrenador el trofeo de liga para que lo levantase.

Madrid, 21 jun (EFE).- Sergio Llull, jugador del Real Madrid, agradeció a su entrenador, Pablo Laso, que siempre de la cara por su equipo “cuando vienen mal dadas”, en una entrevista posterior a la consecución de la 36ª Liga ACB del conjunto blanco.

El balear desveló cómo surgió la iniciativa de ceder al preparador vitoriano el levantamiento de la copa, una idea que catalogó como “personal”, pero “consultada con Rudy, porque Pablo pasó un momento complicado”.

“Hemos creído los dos que era lo que teníamos que hacer, al final esos detalles te salen de dentro” aseguró el menorquín, antes de ensalzar la figura de Laso.

Llull también tuvo tiempo de valorar la campaña, “una de las temporadas más difíciles” según sus palabras, y repasó los problemas que vivió la plantilla, entre el covid, lesiones graves, y “el susto con Pablo las últimas semanas”.

“Todo eso nos ha hecho crecer, aprender, y cuando llega el momento de la verdad, hemos demostrado que, como equipo, siempre competimos” matizó justo después, para reivindicar el arreón final del equipo tras la derrota en la final de la Euroliga.

Llull, ganador de 23 títulos con el Real Madrid, aclaró que aprovechará el verano para celebrar, “porque los títulos hay que celebrarlos” y para “descansar con la familia”.

Aun así, al final dejó en el aire su posible incorporación este verano a la selección española: “Quiero estar preparado por si me llama el seleccionador para acudir otro verano, con mucho orgullo y a darlo todo”.


Comment

  1. … como veo que aprovecháis siempre el hecho de que Sergi sea menorquín, para hablar de ese penoso club deportivo, pues habrá que participar, para dejar claro que es una deleznable organización, soberbia, prepotente, engreída y sobrada de autocomplacencia que daría vergüenza ajena, si uno es tan inocente como para haber caído bajo el influjo de su falsa imagen hueca y vacía

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