Maó ha vuelto a vivir un jaleo por todo lo alto tres años después. Pasaban unos minutos de las nueve de la noche cuando el caixer batle, Héctor Pons y el caixer capellà, Joan Tutzó, han empezado a botar sus caballos al ritmo de la Banda de Música de Maó. Era un momento deseado como ninguno debido al parón de los dos años por la Covid. Una Plaça Constitució a rebentar albergó este gran acto que resumió las ganas de fiesta que viven los mahoneses ahora de igual forma que lo han sentido todos los municipios menorquines con anterioridad en este verano. La fiesta, no obstante, seguirá esta noche con Xanguito y Black Pearl a partir de la una de la madrugada en la Plaça Espanya. Y mañana más. |