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Mala evolución de los acuíferos de Menorca

Pese a que los niveles se mantienen relativamente estables respecto a 2018, los datos revelan que en las últimas décadas el nivel de los principales acuíferos ha bajado entre 5 y 6 metros

El agua viene de un lugar muy profundo
El agua viene de un lugar muy profundo
Foto: Pixabay

En Menorca, el agua que sale por el grifo de nuestra casa viene del subsuelo. De allí se bombea el agua potable (según qué municipio más o menos potable) que se consigue gracias a que unas bombas chupan el agua a través de los pozos que luego distribuyen esa agua en la red pública. El caso es que la ley establece que el punto de extracción de esas bombas no debería estar a una profundidad mayor a un metro por debajo del nivel del mar y eso, según explicaba el geólogo Agustín Rodríguez esta semana en el programa de radio de Antón Soler, no es así.

La práctica totalidad de los pozos, privados o públicos, incumplen esta norma y captan muy por debajo lo que ayuda a que el nivel vaya bajando sin remisión (mientras encuentren agua). Si en los últimos 37 años el acuífero de Es Migjorn (uno de los mejores conservados y de mayor capacidad de la isla) ha bajado 6 metros, el de Sa Roca, en el norte insular, ha perdido 5 metros sólo en 10 años.
¿Qué ocurre cuando baja el nivel? En estos casos, la presión del agua del mar empuja y ocupa el espacio de agua extraído facilitando la salinización de los pozos más cercanos a la costa. Una forma de evitar esto es que las bombas de extracción no estén por debajo del nivel del mar pero la práctica mayoría de éstas sí lo están.

Rodríguez proponía que se estableciera una moratoria para recolocar las bombas de extracción de los pozos y, pasada esta moratoria, sancionar a quien no tuviera bien colocadas estas bombas. La necesaria reordenación de los pozos existentes llevaría su tiempo pero ayudaría a gestionar mejor el recurso del agua. Es un tema que le corresponde a la Dirección General de Recursos hídricos del Govern Balear porque la competencia es suya. Actualmente, la concentración de pozos en unos puntos concretos está provocando mucha tensión en lugares concretos de cada acuífero del que se extrae agua.

Aunque la situación de los niveles se mantiene estable desde 2018, hoy en día preocupa el avance de episodios de sequía y veranos muy calurosos que pueden acelerar el consumo y el problema de abastecimiento, así como la salud de los acuíferos.
Una idea de futuro es convertir las piscinas en aljibes de agua potable para un uso diferente al de ocio.


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