Maó puso anoche un brillante y sonoro cierre a las fiestas de Gràcia de 202 con el habitual castillo de fuegos artificiales que se disparó desde la base naval. Fue el colofón a tres días de muchas actividades que terminaron con una multitud invadiendo el puerto de Maó para decir adiós a la recuperación de las celebraciones tras dos años de pandemia. Música a lo largo de toda la rada , un mercado artesano y la espectacular pirotecnia final supusieron un gran broche de oro para unos festejos que vovlerán en sólo un año
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