El Govern ha presentado a la Comisión del Juego de Baleares las aportaciones del Consejo Económico y Social (CES) a la nueva normativa autonómica, el último paso antes de iniciar los trámites europeos previos a la entrada al Parlament balear del anteproyecto de Ley del Juego y las Apuestas en el archipiélago.
Las novedades más importantes que resultan de dichas incorporaciones incluyen la limitación a 500 metros de distancia mínima entre salones de juego en el término municipal de Palma y la extensión de la prohibición de situar máquinas de juego en las proximidades de los centros educativos de personas menores de edad a todo tipo de centros educativos, independientemente de la edad de las personas a las que estén dirigidos, ha precisado la Conselleria de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática en una nota.
También se ha incorporado la ampliación del periodo de prescripción de las infracciones leves de seis meses a un año.
Por otro lado, con la incorporación de las últimas aportaciones se suprimirá la obligatoriedad de establecer sistemas de activación y desactivación en las máquinas tipo B, aunque se deberá mantener la máquina en suspenso con una pantalla de verificación de edad, y se permitirá indicar el nombre comercial y la marca del establecimiento en las fachadas de los salones de juego, bingos, casinos o casas de apuestas.
Desde el ejecutivo autonómico han recordado que, de esta manera, Baleares será la primera comunidad autónoma que no concederá más licencias de juego
La propuesta de modificación de la ley de juego del Govern fijará un máximo de 75 salas de juego por cada millón de habitantes e incluye la moratoria automática de nuevas licencias hasta que se alcance esa cifra, es decir, hasta que el número actual de salas de juego y apuestas no se reduzca a la mitad.
El pasado abril, el conseller Juan Pedro Yllanes dio a conocer esta medida con la que el Govern se asegura de que no se concederán más licencias de juego en las islas en las próximas décadas.
En un comunicado, el Govern considera el juego desde una perspectiva integral de responsabilidad social y como un fenómeno complejo ante el que se deben combinar acciones preventivas, de sensibilización, y de control y reparación de los efectos negativos que de él se puedan derivar. EFE