Las lenguas románicas son una rama que desciende del latín vulgar, en contraposición con el latín clásico. Estas lenguas están estrechamente relacionadas entre sí. Se entiende por latín vulgar el del habla cotidiana de la gente y por eso es distinto al latín clásico que es la forma estandarizada que a partir de cierto momento era una lengua aprendida como segunda lengua y no como lengua materna.
Las seis lenguas románicas más habladas por número total de hablantes son el español (489 millones), el portugués (283 millones), el francés (77 millones), el italiano (67 millones), el rumano (24 millones) y el catalán (10 millones). Aunque el número de lenguas conocidas que derivan de esta misma rama supera la veintena. Muchas variedades regionales están gravemente amenazadas y solo media docena de ellas tienen un uso general y varios millones de hablantes.
Este curso de la UIMIIR que tendrá lugar en cuatro sesiones los días 28 y 29 de octubre en la sede del IME tiene pretende proporcionar una visión de contraste de las lenguas románicas: similitudes y divergencias, partiendo de la perspectiva del catalán, con especial atención al menorquín.
Los alumnos podrán entender el contraste de lenguas con estrategias de enseñanza y aprendizaje o recursos de traducción y se ofrecerán estudios y proyectos sobre lingüística contrastiva a los asistentes además de concienciar a los asistentes de las similitudes de todas las lenguas románicas para que les pueda facilitar un acceso más directo y cómodo al menos a la inteligibilidad de cualquier otra lengua hermana escrita.
Según el profesor de la Universidad de Alicante Vicent Beltrán Blanco, las semejanzas entre todas las lenguas románicas entre sí es notable y es necesario aprovechar los puntos de convergencia para poder aproximarnos a ellos. Facilitar el entendimiento (al menos lector) de cualquier menorquín al francés, portugués, italiano, sardo o rumano, por ejemplo, es el reto del curso.