El fin de semana del 1 y 2 de octubre, vuelve a Es Migjorn un acto que gira entorno al desfile de carruajes, herramientas y animales que configuran la estampa típica rural del campo de Menorca.
Mientras que la gente que trabaja en el campo de Menorca clama atención frente a la difícil situación económica que se vive en el sector, con rendimientos cayendo en picado por el aumento de los costes y eso como añadido a otros factores que se arrastran desde hace años, se busca el tiempo y el esfuerzo necesarios para mantener la tradición de rendir homenaje al santo patrón de la gente del campo.
Hay que destacar que, pese a las dificultades, el arraigo de los oficios del campo en nuestra cultura son tan fuertes como se recuerden en actos festivos como el del primer fin de semana de octubre.
Desde el sábado con actos para disfrute de toda la familia y hasta el desfile en sí del domingo a mediodía, Es Migjorn revive aspectos que tradicionalmente se han hecho siempre en el campo.
Desde el 29 de septiembre, día de San Miguel, y el 26 de diciembre, día de San Esteban, se realizan toda una serie de trabajos en el campo menorquín. En este momento del año se hace una buena provisión de rama y leña para poder pasar todo el año y que se utiliza tanto para cocinar como para encender la hoguera y calentarse durante el invierno.
Para hacer el ‘ramer’ antiguamente los payeses cortaban la leña y la rama de las marinas del mismo sitio, de lugares vecinos o de caminos cercanos. Este trabajo lo hacía el dueño ayudado por algún ‘missatge’ y solía durar más o menos una semana.
Cuando tenían la rama cortada y los paquetes hechos, llegaba la hora de transportarlos hacia las casas y guardarlos. Para transportarlos podían hacerlo de dos maneras: haz a haz con un asno, o bien con un carro de payés que podía llevar más de un haz.
Otro trabajo del otoño era limpiar las lindes de los caminos, las acequias y las parcelas de todas las malas hierbas que habían crecido durante las estaciones anteriores. Con las ramas y las zarzas cortadas, hacían montones que se dejaban para quemar.
Era muy importante el trabajo de los herreros. Bajo la protección de su patrón, san Eloy, eran los encargados de acerar, poner a punto, las rejas de los arados y herrar todos los animales que los campesinos utilizarían para labrar y sembrar la tierra.
El primer trabajo antes de empezar a labrar era el de recoger el pedreño más grande de las parcelas, acarrearlo y hacer montones que llamaban ‘clapers’. También aprovechaban esta época para arreglar las paredes secas. El pedreño pequeño, que en Menorca es muy abundante, y las grandes rocas que afloraban en superficie se dejaban.
Los tipos de arados que se empleaban más comúnmente en Menorca eran tres:
– El arado de ‘colla’ o arado de dos bestias, que era el arado propiamente menorquíin y que utilizaban para labrar con dos animales de tiro.
– El arado ‘bord’, arado de fuego o arado de una bestia, que utilizaban para labrar con una res mansa.
– ‘Els erxos’, que se empleaban para sembrar, es decir, para labrar tapando las semillas. Había tres modelos: de tres rejas, de cinco y de ocho rejas. diferentes en función de la complejidad de su estructura.
… error, los santos patrones no protegen una mierda, porque no existen…