Estamos viviendo los últimos años en los que podremos encontrar aún testimonios vivos de menorquines y menorquinas que pueden explicar cómo vivieron (y sobrevivieron) a la Guerra Civil Española. Y aunque nadie quiere recordar para sufrir o para levantar ampollas, lo cierto es que también es importante no callar.
El silencio ha mantenido en muchas ocasiones el dolor escondido, pero también la verdad. Para que no se perdiera la oportunidad de que los protagonistas y testigos de aquel tiempo pudieran expresarse, Luisa Gago comenzó hace unos años a entrevistar a personas que participaban de un programa de radio en la emisora municipal de Es Castell y donde compartían sus recuerdos, a veces muy dolorosos, de cómo fueron testigos del tiempo más difícil que se puede vivir. Porque una guerra es siempre un drama pero una contienda entre personas que conviven en un mismo país, separados por ideales o por las circunstancias propias de un conflicto armado, es mucho más difícil.
Este libro no tiene otra pretensión que la de recoger las voces de aquellas personas a las que nadie preguntó, que son muchas.
La reconciliación ha sido posible y la guerra hace mucho que acabó. Sólo en la memoria de algunas personas queda lo que no se podía decir, lo que no se podía desvelar, lo que no estaba permitido compartir o que hacía demasiado daño explicar.
El trabajo de Luisa Gago, licenciada en Historia, ha sido el de la paciencia, el tacto, el saber escuchar. Esto ha permitido recopilar ahora ese trabajo en un libro que presentó el jueves de la semana pasada en Es Mercadal. Pronto se realizarán nuevas presentaciones, en los municipios de la isla donde encontró los testimonios que accedieron a contestar a sus preguntas.
Quizás un día, más pronto que tarde, ya no se pueda hacer este tipo de entrevistas, con los protagonistas. Muchos de ellos ya no están, otros tienen una edad tan avanzada que se han abierto oportunas lagunas en la memoria de aquello que seguramente intentaron olvidar a lo largo de toda una vida. De ahí el valor de este libro.
