Skip to content

La segunda cisterna de Es Coll de Cala Morell, objeto de la campaña arqueológica de 2022

Este sistema de recogida de agua, con paredes recubiertas de arcilla, no se ha documentado en ningún otro poblado prehistórico de Baleares

Detalle del interior de la segunda cisterna. Se empieza a ver el forro de piedras que sostiene la capa de arcilla que recubre las paredes para impermeabilizar (Imagen de Menorca Talayótica)
Detalle del interior de la segunda cisterna. Se empieza a ver el forro de piedras que sostiene la capa de arcilla que recubre las paredes para impermeabilizar (Imagen de Menorca Talayótica)

La última campaña de excavación de Es Coll de Cala Morell, desarrollada durante el mes de octubre de 2022, se ha centrado en la segunda cisterna, que permanecía sin excavar, y es, aparentemente, muy similar a la primera, pero de mayores dimensiones. La parte superior estaba cubierta por una gran acumulación de sedimento y piedras, que se habían acumulado después del abandono del poblado.

Recordar que la primera cisterna está excavada en la roca, y sus paredes están recubiertas con una capa de arcilla, que sostiene con un forro de piedra en seco, un sistema, que no se ha documentado en ningún otro poblado prehistórico de Baleares, y que sirve para impermeabilizar la cavidad y evitar que el agua se filtre hacia abajo. Está tan bien hecho que actualmente, más de 3.000 años después, sigue reteniendo el agua de lluvia.

La campaña de excavación de este año ha consistido básicamente en extraer la enorme acumulación de sedimento y piedras, que apenas contenía materiales arqueológicos.

El próximo año probablemente se podrá acabar de excavar esta segunda cisterna, de forma que será posible calcular cuánta agua se podía almacenar en el poblado. Este dato se podrá poner en relación con el número de casas del lugar, para conocer mejor cómo era la vida de los habitantes de Es Coll de Cala Morell.

Hasta ahora las excavaciones que se han llevado a cabo en Es Coll de Cala Morell han puesto de manifiesto que los habitantes del poblado tenían una escasa relación con el mar. La inmensa mayoría de los objetos encontrados están fabricados con materiales locales, por lo que las evidencias de contactos comerciales a través del mar, aunque existen, son muy escasas. Por otra parte, se sabe que los pobladores del lugar se dedicaban a la ganadería (criaban cabras, ovejas, vacas y cerdos) y la agricultura (cultivaban trigo y cebada). Al igual que en el resto de asentamientos prehistóricos menorquines que se han excavado, parece que el consumo de pescado y marisco era muy escaso o nulo.

La hipótesis de los arqueólogos que investigan este poblado es que su ubicación, en un sitio tan inaccesible e inhóspito, respondería sobre todo a necesidades defensivas, y que su proximidad al mar sería algo incidental. Así, los habitantes de Es Coll de Cala Morell habrían disfrutado de un asentamiento apartado del interior de la isla, más poblado, y fácil de proteger en caso de un ataque. Pero a cambio tuvieron que enfrentarse a otros problemas. Por un lado, los lugares adecuados para establecer cultivos y pastos comenzaban a más de medio kilómetro del poblado, hacia el interior de la isla. Por otro lado, era necesario abastecer de agua a la población, y para ello se construyeron dos grandes cisternas, excavadas en la roca, que recogían el agua de lluvia.

Una de las dos cisternas se excavó durante una campaña anterior. Los trabajos de investigación en este yacimiento tienen ya una larga historia: durante los años noventa del siglo XX, arqueólogos del Museu de Menorca dibujaron la planimetría de las estructuras que se veían en superficie, sin excavar. En ese momento se identificaron ya una gran cantidad de construcciones, incluidas las dos cisternas.

En 2011, y en base al trabajo realizado en los años noventa, un equipo de arqueólogos vinculados al Museu de Ciutadella y al Museu d’Història de Manacor iniciaron las excavaciones arqueológicas en el poblado, con el apoyo económico del Consell Insular y del ayuntamiento de Ciutadella.

Desde entonces, se han excavado cuatro navetas de habitación, la construcción situada en la parte más alta del promontorio y una de las cisternas. Gracias a estas intervenciones se conoce, entre otras cosas, que los habitantes del lugar eran campesinos y que en el poblado se practicaba la metalurgia, ya que se encontraron algunos objetos de bronce y dos moldes de fundición.


Comment

Deja un comentario

Your email address will not be published.