Las despedidas en el PP han empezado. Primero lo anunció José Ramón Bauzá quien celebrará un congreso extraordinario después del verano para decidir a su sucesor. Después era Santiago Tadeo quien explicaba que no optará en 2016 a la reelección a la presidencia insular del partido. Una especie de dimisión diferida.
La verdad es que ninguno de los dos tenía otra opción. La decisión de Vicente Serra de dimitir como presidente de los populares pitiusos, a pesar de ser la isla en donde mejores resultados han logrado, ponía a Bauzá y Tadeo entre la espada moral y la pared.
Los votos logrados en estas elecciones obligaban a medidas de este tipo a menos de que se quisiera perder aún más la credibilidad de una formación que debe ser fuerte para poder ser una alternativa real de poder.
Pero una vez han empezado a caer las primeras fichas de este dominó habrá que ver si alguno más en el PP se va para casa. Bauzá a nivel balear ha gobernado con un talante que le ha generado polémicas innecesarias y le ha llevado a cometer y amparar ridículos como el TIL.
En el caso de Tadeo, el menorquín también ha tenido compañeros de viaje que le han hecho mucho más mal que bien (y no solo entre los candidatos que concurrían en estos comicios). Quizás más de una gaviota debería valorar cuál ha sido su papel en este naufragio en toda regla y actuar en consecuencia.
150 metros más allá de la sede popular está el PSOE. Por mucho que ahora vayan a tocar poder tras cuatro años de oposición y que Menorca y Balears sean ahora más progresistas, nadie, absolutamente nadie, puede negar que sus resultados en Menorca han sido peores que los de cuatro años atrás. Esto merece una reflexión muy profunda y quizás alguno debería empezar a plantearse si no tiene que sumarse a la lista de expolíticos activos en beneficio del partido y los ideales que representa. La credibilidad que antes decía estaba en juego con los populares, es la misma que tienen en liza los socialistas.
Otras formaciones isleñas que no han logrado sus objetivos quizás también deban añadir cadáveres políticos a este seguicio mortuorio que ha empezado.
Puede que un buen terremoto interno sea lo que necesitan algunas formaciones para poder regenerarse de verdad.
Las próximas semanas prometen emociones fuertes tanto a nivel de pactos como de adioses y si alguno posterga su marcha que tenga claro que en noviembre, con las generales, se lo recordarán las urnas…aunque de una forma seguramente mucho más traumática.