Un querido amigo me envía desde Barcelona unos “Ninots”. En la tira de Toni Batllori publicada en ‘La Vanguardia’, un abuelo cuenta a su nieto que “había una vez dos partidos que controlaban todo el cotarro, estaban tan convencidos de su poder que no se ocupaban más que de repartírselo, hasta que un día la gente se hartó”. ” ¿Y qué pasó, abuelo? “, pregunta el pequeño. “Todavía no lo sabemos”, contesta el anciano. Convenimos mi amigo y yo en el revolcón (o “la hostia”, en palabras de la inigualable Rita Barberá) que ha supuesto el 24M, principalmente para el Partido Popular. “Merecido – añado- no menos de dos “buenos días” en la radio y algún que otro artículo he escrito sobre la prepotencia de los partidos mayoritarios”, le comento.
Y es cierto. No será la primera vez que me refiero a la miopía que han demostrado el PP y el PSOE en cuanto a las demandas y necesidades de la gente. Quizás con un poco más de humildad, generosidad y sentido de estado en 2011 hubiera sido posible un pacto global entre los dos partidos hasta entonces mayoritarios- como el que ayer propuso Esperanza Aguirre para detener a Podemos. Este pacto les hubiera permitido un posicionamiento común y contundente contra la corrupción (que tendrán que acabar asumiendo por imposición de los nuevos partidos si quieren seguir participando de la acción de gobierno), además de posibilitar repartirse el enojo de la sociedad por la aplicación de los necesarios recortes. Y siendo ‘contranatura’, creo que la ciudadanía hubiera entendido (entonces) ese gran pacto puntual entre PP y PSOE por la dificilísima coyuntura económica que vivía, y vive, España.
¿Habrían evolucionado las cosas como lo han hecho si los partidos tradicionales hubieran sido capaces de liderar la regeneración democrática haciendo una limpieza a fondo en su casa e introduciendo códigos éticos exigentes como los que han planteado las nuevas formaciones? ¿Habrían sufrido un desgaste tan brutal si hubiesen tenido que consensuar las medidas económicas que ha exigido la crisis, buscando soluciones más equitativas y eficaces? ¿Habrían podido evitar el ‘revolcón’ si hubieran trabajado conjuntamente para sentar las bases de una nueva transición que permitiera superar la situación de degradación democrática y la desafección institucional a la que ellos mismos han contribuido dejando que la corrupción y la ineficiencia ganaran terreno a la honradez y el trabajo bien hecho?
¿Los resultados de Podemos, Ciudadanos y decenas de agrupaciones de electores habrían sido los mismos si PP y PSOE hubieran sido un poco menos soberbios y, en lugar de descalificarlas y despreciarla,s hubieran sabido leer el mensaje estaba transmitiendo la ciudadanía con su apoyo a las nuevas formaciones y adaptarse a él, si sus órganos de gobierno hubiesen escuchado a sus bases que han asistido perplejas, cabizbajas, cuando no avergonzadas, a la adopción de determinadas medidas? Sinceramente creo que no. Los resultados del 24M no hubiesen sido los que han sido si PP y PSOE hubiesen sido en el pasado más humildes, más generosos, hubiesen tenido más sentido de estado o altura de miras, o simplemente, hubieran sido un poco mejor estrategas y hubiesen barajado mínimamente la posibilidad de que cambia, todo cambia.
Sólo lo creo. Es cierto que no sé, no sabemos, lo que hubiera pasado, pero sí que, en este momento, PP y PSOE podrían decir con la cabeza bien alta que hicieron lo imposible y más para estar a la altura de las circunstancias y de la confianza que los ciudadanos depositaron en ellos. Y todavía no sabemos qué pasará aunque intuimos un tiempo nuevo que no está sabiendo abordar quien apela a argumentos manidos y erróneos, ignora el poder de la ilusión e insiste en buscar la paja en el ojo ajeno en vez de ver la viga en el propio. Por eso, aún a riesgo de que personas válidas se queden en la cuneta, doy la bienvenida a quienes por humildad, generosidad, estrategia o grandeza den pasos atrás y sean capaces de orientar a otros para que emprendan un nuevo camino, y a quienes, ante el desacierto y la inacción de “los de toda la vida”, dieron ya pasos adelante. Unos y otros son necesarios para averiguar, mejor pronto que tarde, lo que aún no sabemos.
Impecable crónica. Pero esto es como pensar en rehacer un partido después del pitido final. El PPSOE se ha equivocado y han robado durante demasiado tiempo, y les espera un via crucis doloroso.