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Sonia Carbonell presenta una nueva hipótesis sobre la sociedad del talayótico final en Menorca

La historiadora y arqueóloga ha realizado un análisis de la sociedad menorquina a partir del registro funerario

Sonia Carbonell en la entrada a un hipogeo (Imagen de Menorca Talayótica)
Sonia Carbonell en la entrada a un hipogeo (Imagen de Menorca Talayótica)

La historiadora y arqueóloga Sonia Carbonell ha presentado recientemente en la Universidad de Alicante su tesis titulada Complejización social y procesos de cambio en el I milenio a.n.e. Un análisis de la sociedad menorquina a partir del registro funerario, en la que plantea una nueva hipótesis sobre la evolución de la sociedad del talayótico final.

Para Carbonell, los cambios documentados en las sociedades talayóticas de Mallorca y Menorca fueron consecuencia de su inclusión en la órbita de poder púnico de Ibiza. Y es que Baleares era un punto estratégico en la navegación, y por ese motivo grupos de la zona de Cartago se asentaron en nuestras islas. Este hecho propició la transformación económica y un cambio en el seno de la sociedad que se vio reflejado en la esfera funeraria mediante una nueva concepción del espacio, la introducción y/o adaptación de ciertos elementos arquitectónicos y una gestión especializada de las necrópolis.

En su trabajo, la historiadora recorre la evolución de la sociedad menorquina a lo largo de este primer milenio a.n.e, teniendo en cuenta los contactos con estos grupos extranjeros y determinando cómo se produjo la interacción: si se tradujo en una adopción, adaptación o rechazo de ideas.

Estudio de las necrópolis

El principal objeto de estudio son las necrópolis de cuevas artificiales o hipogeos del talayótico final, entendidos como objetos arqueológicos. Su observación empírica informa sobre las actividades y relaciones sociales que les dieron origen. Como en la mayoría de los casos han sido expoliadas y reutilizadas, lo que ha hecho Carbonell es estudiar estos espacios desde una perspectiva arquitectónica.

El trabajo ha consistido en la documentación de 28 conjuntos de cuevas/hipogeos ubicados por toda la isla con el objetivo de analizar la variabilidad formal y métrica de los diferentes elementos arquitectónicos, como pilares, pilastras, nichos, etc. que encontramos en el interior. Con este estudio detallado se ha podido reconstruir cómo se llevaba a cabo la construcción de estos espacios y en qué sentido este trabajo se insertaba en los modos de vida de los talayóticos durante la segunda mitad del I milenio a.n.e.

Para recoger toda esa documentación. la arqueóloga alicantina ha visitado cada necrópolis, situando cada una de las cuevas/hipogeos con un GPS, haciendo modelos 3D y fichas descriptivas, y tomando medidas y fotografías de detalle de los elementos arquitectónicos. Con toda esta información pudo determinarse que la construcción de estas tumbas fue realizada por trabajadores especializados con conocimiento de la piedra y de las técnicas de talla.

Por otra parte, dado que estas cuevas/hipogeos son espacios que fueron construidos manualmente y de forma artificial, difieren de otras manifestaciones funerarias más antiguas como las cuevas amuralladas o navetas de inhumación. Con esta premisa se abordó la pregunta de por qué cambian las tumbas y si ese cambio estaría relacionado en la integración con grupos púnicos.


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