Catón en Útica (Catone in Utica) es el título de la primera de las cuatro óperas serias que el italiano Pietro Metastasio (1698 – 1782) escribió para el Teatro delle Dame de Roma. La trama se desarrolla en el año 46 a. C. en la ciudad de Útica, próxima a Cartago, en el actual territorio de Túnez.
Después de la muerte de Pompeyo el Grande, su oponente Julio César se erigió en dictador perpetuo, siendo ensalzado no solo por Roma y su Senado, sino por todo el orbe, a excepción de Catón el Joven, senador romano conocido como “el Uticense” por el lugar donde murió. Catón, habiendo reunido en Útica los escasos restos de las dispersas milicias pompeyanas, con la ayuda de Juba I, rey de Numidia y amigo fiel de la República romana, tuvo el coraje de oponerse al triunfo del vencedor.
César se presentó con un gran ejército y cuando Catón se vio ya sin esperanzas, decidió morir como hombre libre recurriendo al suicidio. Ante su muerte, César dio muestras de sentir un profundo dolor, dejando a la posteridad la duda de si era más digna de admiración la generosidad mostrada por su parte o la perseverancia del otro, de aquel que no estuvo dispuesto a vivir más allá de la pérdida de la libertad de la patria.
Metastasio tuvo gran influencia sobre los compositores de ópera desde principios del siglo XVIII a comienzos del siglo XIX. Los teatros de más renombre representaron en este período obras del ilustre italiano, y los compositores musicalizaron los libretos que el público esperaba ansioso. Catone in Utica fue utilizado por más de 30 compositores como libreto para sus óperas y no había constancia que hubiera llegado a Menorca.
¿Pudo ser representada en Ciutadella a principios del siglo XVIII? Probablemente no, en todo caso sería el aria encontrada. En aquel tiempo era habitual que cantantes no profesionales llevaran a su repertorio algunas de las partes más conocidas de las óperas de moda, que se cantaban en un ámbito privado y no en teatros o escenarios. El grupo de musicología del IME organiza una jornada el día 24 por la mañana en su sede de Mahón para presentar su propuesta de censo-guía de los fondos musicales de Menorca para que, tesoros como éste, no se pierdan. La idea es digitalizar todas las obras que, como en el caso de esta ópera, pueden estar aún escondidas en un lugar olvidado, a riesgo de que el paso del tiempo acabe con este patrimonio cultural.
Según explican desde el ‘Grup de recerca musicológica de Menorca‘, nuestra isla presume de una tradición y un pasado musical muy relevantes. Desde el órgano histórico de Santa María, el Teatro Principal de Maó o el Teatro de Es Born en Ciutadella, pasando por el vínculo tan especial con la ópera y la zarzuela, las bandas de música, orquestas y otras agrupaciones instrumentales, o la producción de compositores locales, que forman parte de un amplísimo espectro de manifestaciones musicales desarrolladas en muy diversos ámbitos.
Sin embargo, el patrimonio documental musical es uno de los grandes olvidados en la investigación de ámbito insular. No se sabe con certeza cuánta música manuscrita o impresa se conserva, ni dónde.
Hace dos años se empezó a hilvanar un proyecto para elaborar una guía de los archivos musicales en Menorca, trabajo que ha recibido el soporte del programa “Ayudas a la Investigación, conservación y salvaguarda del Patrimonio Histórico ” impulsado por el Consell Insular de Menorca. Con el “Censo-guía de los fondos musicales en Menorca”, elaborado por la musicóloga Laura Triay Tudurí, se dispone de una herramienta que ha servido para localizar los fondos musicales de la isla, donde se conservan miles de partituras de gran valor histórico y artístico. A partir de éste han surgido una serie de cuestiones primordiales que deben ponerse sobre la mesa técnica, con el objetivo de hacer una valoración y pautar las acciones necesarias para proteger y dar a conocer este patrimonio.
La Ley 6/2022, de 5 de agosto, de archivos y gestión documental de las Islas Baleares puede suponer ahora un impulso para digitalizar y salvar el patrimonio musical de Menorca.
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