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Cooperativa San Crispín, un ejemplo de la economía social para las futuras generaciones

Una artículo de opinión del Cercle d'Economia de Menorca

Cooperativa San Crispín en Es Migjorn
Cooperativa San Crispín en Es Migjorn

La Cooperativa de Consumidores de San Crispín ha celebrado hace pocos días su setenta aniversario, convertida en la mayor cooperativa de consumidores de Baleares. Un claro ejemplo desde hace siete décadas de defensa de la economía social frente a la evolución de la economía de mercado, y que ha sido posible en buena parte gracias al impulso de sus más de 3.500 socios.

Como explicaba el historiador Miquel Àngel Marquès, la Cooperativa nació en 1953 de la mano de un grupo de trabajadores (zapateros y juntadoras) del gremio de la piel ligados a la Delegación Sindical Insular conocida popularmente como la CNS, para hacer más llevadera su situación económica y social. Los salarios estaban por debajo del coste de vida, el incremento constante de los precios de los víveres y artículos de primera necesidad llegaban a un callejón sin salida y las jornadas de trabajo eran largas y pesadas. Ésta fue la principal motivación que empujó a los primeros socios de San Crispín a iniciar la aventura cooperativista.

Quien tenía contacto con la CNS sabía que aquélla era una problemática habitual tratada en las reuniones del sindicato vertical o gremio de la piel. Fue el propio gremio quien impulsó el hecho de elaborar un estudio comparando precios en los mercados de la península y Mallorca en 1952. A partir de esa realidad, un año más tarde los zapateros estudiaron la legislación, hicieron contactos con otras cooperativas y captaron a los socios fundadores de entre los 700 zapateros y juntadoras alayorenses, a través de los enlaces sindicales.

El resultado de las conversaciones y reuniones entre mayo y junio de hace 70 años, fue la constitución oficial de la Cooperativa San Crispín el 13 de junio de 1953 con los estatutos aprobados y dada de alta en el registro oficial de asociaciones. Al frente de esa junta estuvo Antoni Cardona Sans, persona clave del mundo cooperativista tanto a
nivel local como nacional. Poco después abrieron un primer local en Alaior, un local de alquiler amplio en el primer piso de una casa que servía de tienda y almacén a la vez. Allí empezó el camino de una obra colectiva que ha sabido llegar hasta nuestros días.

Setenta años de trabajo continuado en la defensa de unos valores sociales, cooperativos y democráticos para mejorar una sociedad, una isla. Miles de socios y cientos de trabajadoras y trabajadores de San Crispín a lo largo de siete décadas dejan constancia, dando un servicio y un beneficio económico y social a la sociedad alayorense y menorquina. Una valiosa labor del voluntariado en nuestra sociedad a menudo demasiado poco valorada, y que hace posible y viable proyectos como el de San Crispín.

Las futuras generaciones deberían tomar nota de lo que representa esta entidad en cuanto a resiliencia, espíritu emprendedor y defensa de un modelo consumo basado en valores y justicia social.

Cercle d’Economia de Menorca
Maó, 9 de mayo de 2023


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