Al párroco de la Iglesia de Sant Lluís, Jesús Llompart, le gustaría poder estrenar las nuevas campanas en la próxima Navidad pero explica que el proceso que ahora se llevará a cabo es largo. “Ahora estoy redactando la carta para que se lleven las campanas lo antes posible, dentro de este mes de junio. Van a Valencia y las tienen que llevar a la fundición. Tengo entendido que una vez fundidas, han de dejarlas reposar para que se enfríen durante un mes”.
De las tres campanas retiradas, la más grande y antigua, es de 1916, se quedará en Sant Lluís, “es una donación que hacemos al pueblo como agradecimiento y como recuerdo. El Ayuntamiento la expondrá”.
Las otras dos, más pequeñas serán fundidas y añadirán material para hacer tres nuevas campanas.
Mientras tanto, la Iglesia de Sant Lluís no tendrá campanas, aunque el párroco señala que puede haber “alguna solución de emergencia para que suenen unas campanas virtuales pero es una tecnología para la que no sé si hay que hacer un gran montaje y si hay que comprarla no sale a cuenta porque solo será por unos meses”.
Apunta Llompart que las campanas retiradas estaban muy deterioradas. “La mayor estaba rota, tenía una raja de unos 30 cm de abajo a arriba. Las otras estaban ‘mordidas’ en el borde porque se ve que las habían golpeado muy fuerte”.