El nuevo presidente de los hoteleros menorquines, Sebastià Triay Fayas, tiene claro que para poder abrir los alojamientos durante más tiempo, es necesario que haya clientes. Para eso, la fórmula precisa que haya disponibilidad de vuelos y generar oferta, que la promoción llegue a los posibles turistas nacionales e internacionales y que, en esta dinámica, el empresariado cuente con el respaldo de la administración.
Ahora que van a constituirse las nuevas administraciones insular y autonómica, uno de los apuntes que ya tiene el nuevo presidente en la agenda es reunirse con los nuevos mandatarios. Es imprescindible que haya una buena sintonía, que haya un apoyo mutuo para conseguir un objetivo común, dice. Por eso será de ayuda que la administración aligere trámites, facilite el desarrollo y que no cargue de otras responsabilidades y cargas de trabajo a las empresas hoteleras. Una de las principales reivindicaciones recientes que se ha repetido en el sector es que, por más que en el fondo todos están de acuerdo en poner en práctica políticas medio-ambientales y de sostenibilidad (como los recientes planes de circularidad), esto no debería generar más trabajo administrativo a las estructuras de las empresas turísticas, que se lo tienen que restar a su dinámica diaria en favor de dar un mejor servicio.
En una entrevista a Radio Menorca, Sebastià Triay ha recordado el buen nivel que tiene Menorca en cuanto a una planta hotelera moderna y competitiva, la mayoría reformada o rehabilitada y, también, ha destacado que “no tenemos que mirarnos continuamente el ombligo” haciendo referencia a la gran cantidad de destinos competidores que también ofrecen gran calidad y atractivos turísticos.
El sector sabe de su peso relativo en la generación de economía. Directa o indirectamente, la mayor parte de la población de la isla trabaja o vive del turismo. Genera economía y distribuye riqueza aunque, paradójicamente, es muy frágil. Una pandemia que aparece por sorpresa o un volcán que entra en erupción a muchos kilómetros de distancia puede tirar por tierra cualquier planificación. Por eso siempre hay que hablar con mucha prudencia de qué expectativas se esperan para la temporada siguiente o incluso para los meses venideros.
… el que sabe, sabe…