Este martes 18 de julio, los primeros rayos de sol que iluminaron el Puerto de Maó revelaron una visión inusualmente etérea. La niebla matinal se había asentado sobre el agua, creando un paisaje de ensueño que desdibujaba la línea entre el mar y el cielo. El fenómeno, aunque no desconocido, siempre ofrece una visión cautivadora y diferente del puerto, otorgándole una belleza misteriosa y temporal. Estas dos impresionantes fotografías capturan a la perfección el encanto fugaz de este fenómeno meteorológico. |