En los últimos años se está adelantando el momento de la recogida de la uva, particularmente las variedades blancas, que se vendimian antes. Eso ocurre porque el reloj que pone en marcha todo el proceso lo marca la meteorología y en Menorca se van sucediendo veranos donde el sol hace que el desarrollo del fruto se avance en el calendario respecto a años precedentes.
El proceso de maduración de la uva destinada a la producción de vino es esencial para obtener sabores y características óptimas en la bebida final. La maduración de la uva es un proceso gradual que ocurre durante el verano y el otoño. Comienza con la floración de las vides en la primavera, seguida del desarrollo de pequeñas bayas verdes. A medida que avanza la temporada, las bayas comienzan a aumentar su tamaño y acumulan azúcares, ácidos y compuestos aromáticos. La etapa final de maduración se caracteriza por un cambio en el color de las uvas y la disminución de los niveles de acidez.
Las variedades de uva influyen en el proceso de maduración. Las uvas blancas generalmente maduran antes que las uvas tintas. Por ejemplo, las uvas Chardonnay suelen ser recolectadas antes que las uvas Cabernet Sauvignon.
El calor de los últimos veranos en Menorca (incluido este) recomiendan recoger el fruto ahora. Una cosecha temprana se lleva a cabo para evitar niveles excesivos de azúcar.
El presidente de la Asociación Vi Menorca, que engloba los productores y bodegas de vino locales, Cesar Palomino, considera que la evolución de la producción en la isla va a continuar al alza. El año pasado se cerró el periodo de vendimia a principios de septiembre y, si las condiciones meteorológicas lo permiten, este año podría ser igual. El temor es que en la segunda quincena de agosto puedan caer lluvias torrenciales o que impliquen la presencia de granizo. Eso podría comprometer el resto de la uva que no se haya recogido aún.
La vinificación de blancos y rosados es más rápida que los tintos, que suelen precisar de un tiempo de guarda en barrica o botella.