Un poco antes de la una del mediodía de este viernes se fue la luz. Una avería en una de las torres que distribuye el servicio a las líneas aéreas dejó a la mayoría de vecinos de Cala Llonga sin luz. A muchos de ellos también les dejó sin agua porque dependen del buen funcionamiento de las bombas para que salga agua por el grifo al no tener una red de servicio al uso.
La falta de información sobre lo sucedido hizo que varios vecinos temieran que esta situación pudiera extenderse en el tiempo, con las consecuencias que eso implicaría por la pérdida de alimentos de neveras o congeladores. Sin luz no funciona nada; ni las comunicaciones (wifi) ni muchos automatismos.
La compañía actuó sobre el terreno y a lo largo de las primeras horas de la tarde pudo restablecer el servicio, línea a línea, permitiendo que volviera la luz (y los servicios dependientes de ella).
Las averías en verano son frecuentes por diferentes motivos; El incremento del calor en estas fechas influye en muchos aspectos. Entre ellos, la probabilidad de sobrecalentamiento y fallas o averías en el sistema eléctrico.
Con el aumento de las temperaturas, incrementa el riesgo de incidentes en el suministro eléctrico debido al calentamiento excesivo de equipos y materiales. Con veranos más cálidos se intuye que en el futuro se reproducirán más a menudo este tipo de interrupciones en el suministro.
La manera de evitarlo es invertir más en mantenimiento y monitorización. Los cables eléctricos se encargan de transportar el flujo de electrones, es decir, corriente eléctrica. Los grandes consumos favorecen que se calienten los cables. Si esto sucede, se debe cambiar el cable por uno de mayor diámetro para evitar el sobrecalentamiento.
El aumento de demanda eléctrica de estos días podría haber hecho aumentar la producción en la cercana Central del puerto, pero solo es una hipótesis que no se ha podido relacionar con esta avería.
La resistencia al paso de la corriente es la responsable de que los cables generen calor y esto puede pasar si un cable tiene una carga excesiva de amperios.
La resistencia de un cable depende a su vez del diámetro del mismo y de su longitud. Es decir, cuanto más estrecho y largo sea el cable, más resistencia opondrá. Y viceversa: cuanto mayor sea su diámetro y menor su longitud, menos resistencia al paso de la corriente opondrá.
En el momento de producirse un cortocircuito se genera una corriente muy elevada. Esto provoca una circulación excesiva de electrones en los cables, debido al calibre del conductor este podría hasta derretirse fácilmente si no funcionaran las protecciones. Si uno de esos cables se calienta demasiado podría llegar a derretir el aislante y provocar un peligroso cortocircuito.