En poco tiempo se desvelará si la Candidatura de la Menorca Talayótica consigue ser Patrimonio Mundial por su legado único. Al consultar con aquellas personas que reciben a turistas que conocen por primera vez un recinto de taula, un talaiot o un yacimiento megalítico, constatamos que hay un gran desconocimiento de lo que fue y supuso esta cultura.
De hecho, los guías turísticos son los que están cambiando la apreciación inicial que expresan los turistas con frases como “ese montón de piedras” en otra más profunda que les ayuda a entender cómo una antigua civilización, aislada en mitad del mediterráneo, supo hacer su propia interpretación del mundo y aprovechar los recursos disponibles para crear un lugar donde vivir y donde encomendarse a sus propios dioses.
Aunque también hay talayots en Mallorca, la isla de Menorca tiene algunas de las más interesantes estructuras de piedra, que dan nombre a esta cultura. Son torres de forma troncocónica construidas con grandes bloques de piedra. Su función exacta es desconocida, pero se cree que podrían haber servido como torres de vigilancia, centros ceremoniales o viviendas. Algunos talayots tienen cámara interior.
Lo que sí identifica mejor a la Menorca talayótica son las taulas: dos piedras de grandes dimensiones, una vertical que sostiene una gran losa en posición horizontal. Se cree que tenían un significado religioso o ceremonial, aunque su propósito exacto sigue siendo un misterio.
También están las navetas. Estas construcciones en forma de barco invertido son únicas en Menorca. Se utilizaban como tumbas colectivas y su diseño arquitectónico es distintivo de la cultura talayótica.
Los círculos de piedra son formaciones concéntricas de bloques de piedra que se integran dentro de varios yacimientos y que podrían haber sido utilizadas en rituales religiosos o ceremoniales.
Las cuevas eran utilizadas para enterramientos y se han encontrado restos humanos, cerámica y objetos funerarios en ellas. En algún caso, las buenas condiciones de conservación de algunos restos (en cuevas de difícil acceso) han permitido descifrar detalles de las costumbres de aquella civilización: ajuares con peines, teñido de cabello, el uso de plantas por parte de los chamanes de la comunidad y más.
La cerámica talayótica es distintiva y se caracteriza por sus formas y decoraciones únicas. Los vasos y platos suelen tener diseños geométricos y patrones intrincados.Hay constancia de que la cultura talayótica también se relaciona con prácticas agrícolas y ganaderas. Los habitantes de Menorca en esa época cultivaban cereales y legumbres y criaban ganado.
La cultura talayótica de Menorca estuvo en contacto con otras culturas mediterráneas, lo que se refleja en algunos aspectos de su arquitectura y cerámica. Sin embargo, su estilo distintivo y su desarrollo autónomo la hacen única en la región.