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“Los días que pasan”

Un artículo de Josep Maria Aguiló

Imagen de libros.
Imagen de libros.

Apartir de una determinada edad, nos damos cuenta de que, seguramente, no podremos leer todos los libros que tenemos en casa, ni viajar a todas las ciudades que nos gustaría conocer, ni llevar a cabo algunos de nuestros más anhelados proyecto de juventud.

Y es entonces cuando solemos priorizar no sólo lecturas, viajes y proyectos, sino también todas aquellas cosas que consideramos más importantes en nuestras propias vidas.

En algunos casos, lo más importante para nosotros puede ser la familia, aunque también puede serlo el trabajo, o el ocio, o todo lo que está relacionado con los sentimientos.

Priorizar implica siempre una redistribución del uso que hasta ese instante hacíamos de nuestro tiempo, sobre todo si hemos llegado a la conclusión de que algunas actividades en las que quizás nos habíamos volcado en cuerpo y alma no habrían requerido, muy posiblemente, tanta dedicación y entrega.

Los clásicos decían, con razón, que en un día están ya contenidos en cierta forma todos los días.

Del mismo modo, en un día de nuestras propias vidas están contenidos ya todos los días que viviremos a lo largo de nuestra existencia. De ahí la importancia de intentar vivirlos de la forma más ética, plena y mejor posible.

Recuerdo también que algún otro clásico escribió en su momento, igualmente con razón, que en el alma de las personas que amamos están contenidos ya todos los libros, todos los paisajes y todos los proyectos que dan luz y esperanza a nuestro corazón.


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