Desde el Cercle d’Economia de Menorca queremos transmitir nuestra alegría por el hecho que la Menorca Talayótica haya sido inscrita oficialmente en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO este pasado lunes durante la 45 Sesión del Comité del Patrimonio Mundial celebrada en Riad. Un reconocimiento internacional a la importancia de nuestro patrimonio arqueológico y a su buen estado de conservación que pone de manifiesto el valor universal y al mismo tiempo, excepcional de todo este legado prehistórico de la isla que se ha sabido conservar y proteger hasta nuestros
días.
Los menorquines debemos sentirnos orgullosos por este distintivo conseguido que supone un estímulo importante para seguir divulgando este testimonio único de la cultura prehistórica insular que privilegiamos, y que como ya se ha anunciado por parte del Ministerio de Cultura de nuestro país, será de gran ayuda para captar nuevos recursos destinados a la conservación y la investigación científica de los vestigios existentes.
También debemos reconocer el esfuerzo de todas aquellas personas y equipos que han estado trabajando en la candidatura desde hace más de una década para lograr conseguir este objetivo que acaba de culminar, que nos llena a todos de satisfacción y que es un premio a la tenacidad, al empeño, a las ganas de compartir un tesoro local que ahora se eleva a una dimensión universal. Con este reconocimiento, la Menorca Talayótica también nos abre las puertas a proyectar nuestra Isla hacia el turismo cultural como un motor que puede ayudarnos eficazmente a la desestacionalización, y que debemos saber gestionar con inteligencia para que este interés por conocer nuestro patrimonio prehistórico, contribuya al bienestar colectivo.
Menorca es un territorio pequeño que, desde este pasado lunes, suma dos grandes reconocimientos mundiales por parte de la UNESCO en cuanto a su patrimonio arqueológico y también natural, ya que este año se cumplen 30 años de la declaración de nuestra Isla como Reserva de la Biosfera. Dos hitos que no son fruto de la casualidad sino, del resultado de esta estima compartida por nuestro territorio que debemos saber legar a las futuras generaciones.