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“Profesores en formación”

Un artículo de Manuel Blanco

Profesor en un aula.
Profesor en un aula.

La docencia es una de las profesiones que requiere de una constante y exhaustiva formación por parte de quienes se dedican a tan noble labor. De hecho, existen múltiples evidencias de que la investigación educativa y una buena planificación de la formación docente, tanto inicial como continua, mejora sustancialmente los resultados académicos de los alumnos.

En España y en Baleares hemos hecho intentos de mejorar los resultados académicos a base de talonario. Y no siempre a más dinero mejores resultados. Una buena planificación y organización de la formación que reciben los docentes puede dar lugar a tener unos profesionales mejor capacitados para desarrollar sus atribuciones docentes con calidad.

Y para ello, en lo que deberíamos centrarnos es en analizar aquellas cosas que no estamos haciendo bien y explorar nuevos caminos que nos aporten mejoras en el sistema. Y donde debemos acudir es a la investigación educativa. Esta es la que nos aporta las posibles soluciones al problema que nos encontramos a diario en las aulas.

En este sentido, los estudios de investigación universitaria mencionan como una posible solución al problema, la coordinación entre la formación inicial y la continua. Realizar esas pruebas de acceso, cognitivas y no cognitivas, a los alumnos estudiantes de estudios de magisterio o pedagogía con el fin último de tener matriculados en estos estudios a los mejores estudiantes.

También, incorporar un periodo de inducción profesional entre la formación inicial y la práctica profesional introduciendo esta práctica en el proceso de acceso a la docencia. Y centrar la formación permanente del profesorado en el proyecto educativo del centro para que la línea pedagógica y metodológica del centro tenga sentido.

Además, dedicar más tiempo a las prácticas en los centros educativos y formar a los tutores universitarios en procesos reflexivos y de acompañamiento constructivo.

Ese camino que tenemos que explorar y transitar no es fácil ni corto. Para ello, tenemos que iniciar el proceso de transformación desde los centros educativos para que el sistema empiece a cambiar cuando debería ser a la inversa. Pero si lo que pretendemos es que el alumno mejore, no tenemos otra opción. Y éste es otro de los motivos por los que otra educación es posible.


Comment

  1. … es curioso que por un lado tengamos a profesionales de la enseñanza aparentemente tan implicados con su profesión, y con las ideas tan claras de cómo debería ser la educación… y al mismo tiempo se sientan en los claustros del jefe de estudios a hacer la pausa del café, a intercambiar impresiones con sus “colegas” los “profesores” de la “asignatura” de religión católica, esa aberración que nunca debería de haberse admitido como enseñanza, pues ni es ciencia, ni es cultura ni mucho menos conocimiento… además, siendo plenamente conscientes de que esas personas con las que departen, ni están preparados ni son profesionales, pues son elegidos a dedo por una oscura asociación de frikies vestidos de negro llamados conferencia episcopal, sin hablar de que están eximidos de exámenes y oposiciones para acceder al cargo y al sueldo… y estos sesudos profesionales, los de verdad, los que aparecen en este artículo, cohabitan con los otros, los de mentirijillas, como si tal cosa… por tanto, lo que puedan decir acerca de su profesión, por muy puristas que parezcan aparentar, desde mi punto de vista se descalifican a sí mismos y a su profesión por admitir tal desatino con lo de la religión en las aulas… arreglen esa memez, y entonces les creeré…

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