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Guerra de nervios

Un artículo de Jordi Ribera

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Més, PSOE y Podem juegan una guerra de nervios de cara al Consell como previamente se disputó una similar en los ayuntamientos. Esta en juego la presidencia del Consell de Menorca. (la principal institución de la Isla).

Maite Salord y Susana Mora cooperan en temas programáticos mientras sus formaciones las quieren aupar a la presidencia. Salord muestra experiencia y sobriedad. Més sabe que nunca como ahora ha tenido tan cerca la presidencia de la institución (del Consell)  y trenes así se han de coger como sea. Susana Mora tiene de su lado que fue la candidata de izquierdas más votada, un factor decisivo en las votaciones de los ayuntamientos para escoger alcaldes. Su poca experiencia política en primer línea la suple con amplios conocimientos legales y ganas. El PSOE sabe que es la única carta que le queda por jugar para que los malos resultados  del 24M den un fruto que pocos podían esperar.

En el tema (ámbito) municipal el PSOE tuvo que ceder. En algunos casos fue especialmente duro por el empeño personal puesto, léase Maó. Ahora costaría mucho volver a ceder para la presidencia en la plaza de la Biosfera. Aún sería peor si el posible cambalache ‘presidencia del Govern-presidencia del Consell’ contara con un hipotético beneplácito de una Francina Armengol con quien nunca ha congeniado la corriente dominante del PSOE menorquín.

Tampoco escapa a nadie que si Podem niega el apoyo a Susana Mora (y hasta ahora por ahí van los tiros) será muy difícil ver a una socialista con la vara de mando del Consell.

Públicamente el discurso es muy diferente. El PSOE recuerda que Susana tuvo más votos. Més insiste en un gobierno conjunto, pero Biel Barceló en Palma comenta el preacuerdo y deja caer que se están negociando los Consells Insulars. Podem lo fía a unas votaciones pero ya advierte que la tendencia es estar en un gobierno presidido por Salord. Por ahora, públicamente,  nadie va a reconocer TODO lo que ya está o acordado o bastante encauzado.

Toda una guerra de nervios con tres jugadores con cartas en la mano, pero sólo hay una baza ganadora.

Pero no olvidemos que esto es política y lo que hoy vale con muchos argumentos puede cambiar.


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