Johann “Jack” Unterweger (1950 – 1994) fue un asesino en serie austríaco que mató a doce mujeres de diferentes países y, después de su primera condena por homicidio, cobró notoriedad como escritor.
Su primera condena por asesinato llegaría en 1974, aunque sería liberado en 1990 gracias a una campaña de intelectuales y políticos, con lo que se exhibía a Unterwerger como un ejemplo de rehabilitación. Posteriormente trabajaría como escritor y periodista, aunque a los nueve meses de su introducción a la sociedad, volvería a cometer asesinatos. Unterweger se suicidaría en la prisión después de ser condenado a cadena perpetua.
Este caso real ha servido para llevar al teatro su autobiografía. Unterweger relata su vida desde el infierno en lo que parece una relectura de “Don Juan”, aliñada con toques de humor pero transitando hacia el drama más negro a medida que avanza. La música y arias de Bach, Vivaldi, Handel, entre otros, ilustra esta sorprendente bajada en los infiernos.
Este domingo 29 a las 20 horas en el Orfeón Maonés, llega Confessions d’un assessí en sèrie.
En lo curioso de este personaje, hay que destacar que estando en la prisión, Unterweger escribió pequeños cuentos, poemas, obras de teatro y su propia autobiografía, Fegefeuer – eine Reise ins Zuchthaus, que sería pasado al cine. A causa de la popularidad de sus cuentos, artistas e intelectuales de la extrema izquierda austriaca como la escritora Elfriede Jelinek (quién en 2004 ganaría el Premio Nobel) realizaron peticiones de perdón para Unterweger. Así fue como el 23 de mayo de 1990, después de 15 años de prisión, sería finalmente liberado. A partir de aquí, Unterweger sería invitado a muchos programas de televisión como símbolo de la rehabilitación de los reos.
Se trata de una adaptación de la obra teatral de Michael Sturminger, de un personaje y unos sucesos que removieron la conciencia de todo el mundo.
Manel Navarro dirige a un elenco muy acertado para este difícil papel. Han destacado el buen encaje que consigue Lluís Vinent haciendo de protagonista y el toque musical de este valor seguro que siempre es María Camps. Marina Plovins da un paso adelante en la escena desde el mundo de la voz y la música.