“A tomarse un pintxo-pote”

Tengo amigos de diferentes partidos políticos, derecha, izquierda, nacionalistas, etc. Viven en diferentes partes de España y, cuando los viajes y la agenda nos dejan, comemos, cenamos o tomamos unos “pintxo-potes”, o sea un vino y un pincho. Hablamos de política, pero nos escuchamos. Una idea se contesta con otra.

Metido con mi grupo de la Escola d’Adults dentro de los túneles del Fuerte Marlborough, me viene a la cabeza el mito de la caverna y las sombras que distorsionan la realidad . Me ayuda la imagen de un soldado inglés del siglo XVIII que aparece y desaparece proyectado en el espacio. 

¿Ven nuestros políticos las sombras que proyecta el fuego mitológico de  la caverna? ¿Lo confunden con la realidad del país?.

Parece que la mayor parte viven en una caverna que tiene su propia imagen y sus sombras mientras los que vivimos fuera tenemos otra realidad. Existe una crisis de relación  por agotamiento entre la sociedad y la clase política.

Bueno. Los hay honestos. Siempre hay siete justos incluso en Jericó, pero desgraciadamente no es su ejemplo lo que gana en el estilo general. No se escapa esta situación en las conversaciones de sobremesa de los restaurantes.

Algunos quizá hayan hecho demasiadas cosas en el pasado como para no poder sentarse, sin pedir perdón, a cenar o comer, o a pasear por una ciudad. ¡Quizá hayan dicho demasiadas cosas  y las contrarias, según sople el viento de las listas, como para que nadie les acepte para una comida de hablar por hablar¡. No veo a Sánchez con Feijoo en un restaurante gallego ni tomándose un vermut en el rastro de Madrid por la mañana.

Sin embargo deberían hacerlo y además con foto.

Nos vendría bien a todos porque la forma de hacer política hoy en España , la que se trasmite, no es  el intercambio de argumentos, sino el insulto y el ataque como sea. Es la  búsqueda diaria de los asesores de imagen y de los creadores de mensajes, para dar la idea graciosa e “inteligente” en la línea discursiva de  “lo mío no… pero lo tuyo es más….y eres tal y cual” 

Hay ejemplos como para decir que esta dinámica es aburrida. Los políticos haciendo humor son como los humoristas haciendo política.

Nos resulta perceptible la tensión que se trasmite a la sociedad  desde el estilo de hacer política que hoy tenemos. En realidad,l de por sí y hace tiempo ya parecemos llegados  al  más absoluto escepticismo. Esto no es bueno, y los partidos políticos deberían trabajar cambiando las dinámicas interiores de funcionamiento. Es fácil: menos criterios desde arriba, más tejido social, y más rebeldía inteligente y sin odios inducidos desde abajo.

Me gustaría decir que mis amigos y yo servimos de ejemplo  pero nos pasa igual que con los políticos honestos o sensatos, no marcamos la tendencia y desaparecemos entre el total de la tensión. Nuestra realidad no es la realidad de la caverna que ven los políticos. Cada vez son más difíciles las comidas o las buenas relaciones entre militantes de diferentes partidos y entre ciudadanos de diferentes ideas. No se hace política. Podríamos decir que hay dos grupos como los equipos de futbol,  los hinchas propios y los otros. Los hinchas son los que piensan igual, literalmente, se alimentan de lo malo que le pasa al otro sin reconocerle ningún acierto. Hay alegría en los problemas del rival, casi ya enemigo para los más radicales, y se seleccionan las ideas que más rompen en lugar de las que más pueden integrar.  Estamos en el dialogo de “los nuestros” y los “otros” con todo lo que implica de no oír ni ver al “tu” en positivo. Y sin él no hay “yo”, y claro a la mínima se monta el lio de la selección femenina de futbol con un presidente al hoyo. Sabrá dios , en realidad, porqué.

Se ingresa en la clase política para tratar de no salir de ella, por lo tanto se ha creado el movimiento de “todos a una” muy de Lope de Vega. Así se sirve a las siglas antes que al ciudadano. Para esto se inventó la democracia orgánica…para ser gerifalte y servir. No es lo mismo claro. Antes estábamos en un sistema de tercios y procuradores y ahora estamos en una democracia presidencialista y de diputados y senadores. Pero tal y cómo vamos permite, a los solos efectos de análisis dialectico, la comparación con aquello. 

Este país decidió terminar con los gerifaltes y la clase política hace 40 años, pero se resiste a hacerlo realidad. Hay recidivas y ahora estamos en una de ellas con la política de hoy. Antes estaba más claro, venia la policía, gritabas libertad, te corrían a palos o si había suerte solo te corrían. Ahora los porrazos no van al manifestante sino solo a la separación de poderes. Es más inmaterial y menos glorioso pero mas eficaz. Es la nueva política que nos pretenden inventar para este país. Mejor que cambien los políticos, y su estilo, a que nos cambien el país a golpes. Luego vienen las amnistías. A Chaves lo indultó Caldera y luego llegó Bolívar y el comandante mandó apagar, como la canción; a ver si nos va a pasar aquí lo mismo con tanto relato de la historia.

La distorsión del mito de la caverna parece que la tienen los que hacen la política activa dentro de su túnel. A veces más que el del fuerte de Malbourg es el del castillo de Kafka.

Yo  que soy republicano de toda la vida, sin exhibicionismos ni reivindicaciones, miro , veo y digo. En realidad , es duro decirlo, el único que mantiene el tipo es el Rey actual porque está a lo que toca, a lo que tiene que hacer sin golpetazos. Lástima que su padre no haya sido igual que su madre, porque estaríamos todos más tranquilos. 

Si la republica nos lleva a esto, realmente prefiero este Rey estable a un presidente inestable y a un sistema electoral por el que un día nos puede salir presidente el cómico francés Couluche o la Italiana Cicciolina o un médium con un perro o sabe Dios que alternativo.

La distorsión de la caverna, es la forma de hacer política, cuando consigamos apagar el fuego que da sombra en lugar de atizarlo, entonces avanzaremos como sociedad en su conjunto. Para esto es preciso que todos sepamos cuales son los límites. Poner límites definitivos es ahora fundamental.: que el modelo de estado territorial quede definitivamente cerrado, que el estado de derecho se cumpla, que se respete la división de poderes, que el votante pueda votar en libertad por circunscripciones más próximas a sus candidatos y que exista seguridad sobre quien va a gobernar y como va a gobernar. Y sobre todo que no se vuelta a repetir la historia.

Mientras tanto se reforma la Constitución aconsejo a nuestros políticos que hagan una comida entre todos y se tomen un “Pintxo-Pote” para ayudar a relajar a esta sociedad.