Hay acuerdo. En Maó todos los grupos políticos trabajan con el convencimiento de que hacer llegar agua potable al grifo de los vecinos es un tema prioritario. El cómo hacerlo ya divide a cada opción política. Lo que sí que sabemos es que hay un doble problema con el agua a día de hoy en el término municipal; por cantidad y por calidad. Los cortes de suministro en algunos momentos del año han sido la clara evidencia de que el recurso es limitado. Veranos más largos y menos precipitación se suman a los usos que alcanzan consumos punta con la coincidencia de las épocas de más afluencia turística. Los niveles de los acuíferos bajan y no vuelven a recuperarse. En esta situación se despliega toda una serie de acciones para dar solución a este asunto. Por un lado con la reutilización de aguas depuradas (limpieza de calles, riego de zonas verdes,…). Por otro lado con la interrupción momentánea del suministro para controlar el consumo en algunos momentos del verano.
Pero también está la cuestión de la calidad. El paso de los años ha fomentado la bajada del nivel freático y la intrusión en la capa terrestre de elementos que han llevado a ciertos pozos a contener una cantidad de nitratos superior a la permitida según marca la legislación.
El Ayuntamiento ha solucionado (parcialmente) este asunto con la puesta en marcha de dos plantas desnitrificadoras. La segunda entra en funcionamiento estos días en San Clemente para garantizar agua potable a sus vecinos e, incluso, para compensar la cantidad de nitratos de otros pozos. Aún así, el consistorio ya está empezando a planificar una tercera desnitrificadora para permitir que nadie se quede si tener agua potable al abrir el grifo.
Desde la oposición han propuesto que la planificación no se haga para una tercera desnitrificadora si no para una primera desalinizadora. La diferencia fundamental es que ésta última, como la que hay en Ciutadella, se encargaría de convertir agua de mar en agua potable. Los costes son mayores para poner en marcha una de estas instalaciones pero cabe pensar si las desnitrificadoras son una solución a corto término frente a la solución a medio-largo plazo que sería convertir en potable el agua de mar.
Otro elemento que no se ha comentado pero que debe pesar en las decisiones que se tomen, está en el uso más racional del agua, evitando consumos descontrolados e impidiendo la pérdida de agua por fugas.
Soy vecino de Mahón. Aparte del olor a lejía, ahora se ha añadido un fuerte olor y gusto a agua estancada que da asco.
Me gustaria que publicaran la analitica del agua para saber realmente què es lo que consumimos.