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El 15 de diciembre en el Auditori de Ferreries actúa el coro ‘Les veus del Demà’

Es un ejemplo de integración social de personas usuarias de la Fundación Tutelar 'Demà'

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Foto: Pixabay

María Camps, Pere Arguimbau, Marco Mezquida, Guiem Pons, Xavier Moreno, José Miguel Allés,… Todos han puesto un poco de su conocimiento musical, vocal o técnico para sumarse a una iniciativa que ha generado un par de buenas canciones. Esta experiencia se llama Les Veus del Demà y suma la participación de usuarios de la Fundación Tutelar del mismo nombre que acompaña a personas que tienen algún tipo de discapacidad mental.

Espe Ramírez explicaba en Radio Menorca estos días que planteó este ejercicio como una manera para sacar de la inactividad y parsimonia a los usuarios y hacerles partícipes de un sentimiento de comunidad. El resultado han sido un par de canciones que cantan a coro y con las que han previsto una actuación el día 15 por la tarde en el Auditorio de Ferreries.

En el fascinante mundo de la música coral, descubrimos un espacio donde la terapia y el arte se entrelazan de manera única. Participar en un coro musical no solo es un acto de creación artística, sino que también posee virtudes terapéuticas que resuenan profundamente, especialmente para aquellos que enfrentan desafíos relacionados con la salud mental y discapacidades.

La participación en un coro crea un sentido de comunidad y pertenencia. Para quienes experimentan discapacidades mentales, el coro se convierte en un refugio acogedor donde las diferencias se disuelven en la armonía compartida. La conexión con otros miembros del coro fortalece los lazos sociales y fomenta un ambiente de apoyo mutuo.

El proceso de aprendizaje de nuevas piezas musicales, la coordinación con otros cantantes y la interpretación de las letras estimulan el cerebro de manera integral. El canto coral no solo despierta la memoria y la concentración, sino que también libera emociones, proporcionando un canal seguro para expresar sentimientos y encontrar consuelo.

El coro sirve como un espacio inclusivo donde las barreras sociales se desvanecen. Para aquellos con discapacidades mentales, la participación en un entorno coral fomenta el desarrollo de habilidades sociales esenciales, como la comunicación, la empatía y el trabajo en equipo. La música se convierte en un lenguaje universal que trasciende las limitaciones de la palabra hablada.

La música tiene el poder de transformar el estado de ánimo y elevar el espíritu. Para quienes enfrentan desafíos mentales, el canto coral proporciona un escape emocional, un espacio donde la música actúa como una fuente de inspiración y esperanza. Las endorfinas liberadas durante la práctica coral contribuyen positivamente al bienestar emocional. Espe explicaba cómo ciertos usuarios renegaban de participar en un principio pero que, tras la primera clase, pidieron volver y seguir participando.

Participar en un coro brinda a cada miembro la oportunidad de contribuir a la creación de algo hermoso. Para aquellos con discapacidades mentales, este proceso puede ser especialmente empoderador. La adquisición de nuevas habilidades musicales y la recepción de aplausos y reconocimientos fortalecen la autoestima y construyen la confianza en sí mismos.

La práctica regular y las actuaciones programadas brindan una estructura y rutina valiosas. Para quienes enfrentan desafíos mentales, la previsibilidad de las actividades relacionadas con el coro puede ofrecer estabilidad y un sentido de propósito, contribuyendo así a la gestión del estrés y la ansiedad.


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