Palma, 4 feb (EFE).- El Parlament balear inicia el martes un nuevo periodo de sesiones con su presidente, Gabriel Le Senne, en el alero tras ser expulsado del grupo de Vox, los diputados que le echaron a un paso de ser tránsfugas por su expulsión del partido y el PP con la amenaza de que esta convulsión desestabilice la legislatura.
La espiral de acontecimientos desatada el pasado lunes cuando los cinco diputados díscolos de Vox repudiaron políticamente a Le Senne y a la presidenta regional del partido, Patricia de las Heras, se frenó el viernes tras suspender el presidente la reunión de la Mesa y la Junta de Portavoces que iba a impulsar la tramitación de urgencia de una reforma reglamentaria para aislar a los tránsfugas.
Las dos facciones del grupo derechista redujeron la agresividad dialéctica y aceptaron la posibilidad de transigir para evitar consecuencias irreversibles, aunque situaron en bando rival la responsabilidad de facilitar un acuerdo.
El Govern del PP, que gobierna en minoría con 25 diputados y firmó un pacto de legislatura para obtener el apoyo de los ocho diputados que sumó Vox en las elecciones, necesita que al menos que cinco de esos parlamentarios mantengan su compromiso, pero votar a un tránsfuga para presidir el Parlament le podría en un serio aprieto que quiere evitar.
Por eso, según admitió su portavoz y vicepresidente, Toni Costa, dialoga con los dos sectores de su socio parlamentario y con la dirección de Vox en Madrid para contribuir a desatascar el conflicto.
“Vamos a volver a lo que había antes y sigamos trabajando”, pidió Costa, que eludió avanzar qué hará su partido ante el escenario de que el grupo ‘rebelde’ que puede decantar la mayoría le ponga en la disyuntiva de proponer para presidir el Parlament a un diputado expulsado del partido con el que concurrió a las elecciones.
Con las espadas por el momento desenvainadas, en el primer pleno del Parlament del nuevo año la presidenta del Govern, Marga Prohens, tendrá que responder a preguntas de los portavoces de la oposición sobre si permitirá que la gobernabilidad de las islas quede en manos de tránsfugas de extrema derecha.
La cuestión, formulada de maneras diversas tanto a la jefa del ejecutivo como a otros consellers de su gabinete, monopoliza las preguntas al Govern de la sesión plenaria en la que el resto de puntos quedarán opacados por la crisis institucional.
El guion, no obstante, podría sumar un nuevo giro argumental, ya sea por la firma de una tregua estable en Vox o por un desenlace en favor de alguna de las facciones enfrentadas.