Con la nueva Ley de bienestar animal alguno podría pensar que hay que dar de comer a los gatos salvajes porque tienen derecho a ser tratados bien, pero no hay que confundir los conceptos. Vamos a plantear un enfoque responsable y respetuoso que no propague las colonias hasta convertirlas en un verdadero problema.
En Menorca, se ha observado la presencia de colonias de gatos no domésticos, generando inquietud entre los ciudadanos que, en ocasiones, se sienten motivados a alimentarlos. Desde las asociaciones animalistas, se hace hincapié en la importancia de abordar esta situación de manera responsable, especialmente teniendo en cuenta las recientes disposiciones de la Ley de Bienestar Animal, que traslada la responsabilidad del control de la población de gatos a los ayuntamientos, destacando la necesidad de esterilizar a las gatas para prevenir el aumento descontrolado de la población felina. Es crucial comprender que una gata puede tener dos celos y dos camadas en un año, generando entre 10 y 15 gatitos anualmente. Para evitar la proliferación sin control, la esterilización se convierte en una herramienta efectiva. Y la esterilización no es barata y se paga con dinero público.
Desde las protectoras de animales piden que no se retiren o separen gatos de su colonia, a menos que haya una intención de responsabilizarse adecuadamente de ese animal en todas sus necesidades y a lo largo del tiempo o que presenten signos evidentes de enfermedad o sean rechazados por la propia colonia. La interrupción del equilibrio establecido puede generar problemas adicionales.
Capturar, Esterilizar y Retornar (CER): El método de Capturar, Esterilizar y Retornar, llevado a cabo por el personal designado por el ayuntamiento, es una práctica reconocida a nivel internacional. Consiste en capturar a los gatos, esterilizarlos, desparasitarlos y luego devolverlos a su colonia. Este enfoque ha demostrado ser eficaz en el control de la población sin afectar negativamente la dinámica de las colonias.
Si bien el impulso de alimentar a los gatos puede ser comprensible, la alimentación indiscriminada puede contribuir al crecimiento no controlado de las colonias. Se recomienda coordinar con las autoridades locales y organizaciones animalistas para asegurar un enfoque equilibrado pero también cuenta que no haya terceras personas que estén deshaciendo la labor de los primeros sin darse cuenta.
Si se observa a un gato de la colonia aparentemente enfermo, es fundamental informar a las autoridades pertinentes para abordar la situación de manera adecuada. Y si es un cachorro, no debemos ni tocarlo ni acercarnos aunque nos parezca abandonado puesto que, de hacerlo, podría ser rechazado por su madre.
Existen programas de voluntariado para colaborar en la gestión de colonias de gatos. Participar en estas iniciativas puede ser una manera efectiva de contribuir a la comunidad de manera positiva.
Y si quieren un gato, recuerden que hay muchos que están debidamente esterilizados esperando a ser adoptados en las Protectoras.