La solidaridad y la generosidad se unen una vez más en Menorca, esta vez con la organización de la primera subasta benéfica por parte de la Fundación para Personas con Discapacidad de Menorca. El objetivo de esta iniciativa es recaudar fondos para la adquisición de un vehículo adaptado que facilite el transporte de las personas con discapacidad atendidas en el centro Carlos Mir.
El centro Carlos Mir es un referente en integración y participación en la comunidad para las personas con discapacidad. Ofrece una amplia gama de actividades sociales, culturales y de ocio, así como sesiones terapéuticas y de rehabilitación fundamentales para el desarrollo personal de cada individuo.
Actualmente, el centro brinda atención a alrededor de 60 personas con diversos diagnósticos, cuyas edades oscilan entre los 18 y 65 años. La necesidad de un vehículo adaptado se ha vuelto imperativa para garantizar su movilidad y acceso a diversas actividades fuera del centro.
La subasta benéfica ha sido posible gracias a la generosa donación de 100 obras de arte por parte de la entidad CaixaBank. Estas obras estarán disponibles para recibir las correspondiente pujas durante los días 25, 26 y 27 de abril en Can Alberti Hotel Boutique de Maó, quien ha colaborado desinteresadamente en el proyecto.
Para facilitar la participación, se ha puesto a disposición del público un catálogo de las obras en las oficinas de CaixaBank y los servicios de la Fundación. La puja de las obras ya ha comenzado y cada oferta realizada representa un paso más hacia la inclusión, un gesto de solidaridad y un acto de empatía hacia la comunidad de personas con discapacidad en Menorca.
Esta subasta no solo tiene como objetivo recaudar fondos, sino también concienciar sobre la importancia de la inclusión y la igualdad de oportunidades para todas las personas, independientemente de sus capacidades.
Con todo el respeto por el trabajo que se desarrolla en el Carlos Mir, da como un poco de verguenza que una entidad con una financiación completa por parte de la administración (quien incluso les compra los vehículos que necesita) recurra a una obra social y hacer una subasta. Hubieran podido mostrar un poco de generosidad, declinar el ofrecimiento y ayudar a otras entidades que se tienen que currar los ingresos para pagar hasta el último euro para comprar algún coche o pagar alguna nómina. Las personas a veces no se pueden juzgar por lo que hacen, si no porque lo hacen.