Leyendo el diario de hoy, me ha sorprendido una noticia y me he parado a leerla con atención.
En ella nos comentaban las razones por las que Finlandia es el país más feliz del mundo.
Es curioso que una de las primeras razones que la articulista destacaba era que, los ciudadanos de Finlandia creían y apoyaban fielmente a sus dirigentes, quienes han proporcionado al mismo de una sanidad pública y educación totalmente gratuita.
El nivel económico del país es muy alto y sus ciudadanos tienen un nivel de vida maravilloso.
Añade que esto, hace que se ayuden entre ellos y sean muy cooperativistas. La confianza en sus dirigentes hace que su nivel de miedo e inseguridad descienda claramente y sean capaces de disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como una preciosa naturaleza y unos medios de vida muy altos.
Esto me hizo reflexionar: “cuándo alguien no llega con su salario al día 10, se pasa todo el día viendo cómo sacar el mes hacia delante y la inseguridad de sus dirigentes es latente en las calles, siendo corruptos e irresponsables, las personas se vuelven infelices”.
El miedo impera en las calles, la picaresca se agudiza y las disputas se multiplican. Las familias se sienten infelices, ya que es muy conocido que, cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana.
Es normal que España, en los últimos años se haya convertido en un país infeliz, donde incluso el buen tiempo, su maravillosa gastronomía y sus maravillosos paisajes, no compensan la frustración que sentimos sus habitantes.
Antaño, no hace mucho tiempo atrás, apenas 30 años, los españoles no teníamos miedo de quedarnos sin trabajo, podíamos independizarnos a temprana edad y tener planes de futuro que nos daban esperanza para poder vivir tranquilamente.
En menos de 3 décadas, nuestros dirigentes se han cargado el sistema, haciendo de España un país corrupto, lleno de suicidas y personas depresivas, que viven sus vidas desde la inconsciencia más absoluta, sin ver sentido a sus vidas.
Y esto no tiene que ver con tener largas jornadas laborales, es más, cuándo alguien me dice que quiere trabajar menos le pregunto, qué va a hacer con su tiempo.
Ciertamente hay algunas personas que lo aprovecharía, pero la gran parte de la población, lo dedicarían a estar en el bar, ver Netflix u otro canal, o jugar a los marcianos en el ordenador.
Hemos creado una sociedad de frustrado sin sentido de vida, jóvenes que no quieren independizarse porque sus padres les dejan hacer lo que quieren en sus casas y no tienen ganas de ser su mejor versión porque… ¿para qué se van a esforzar?
¿Cómo hemos podido permitir que nuestro país se esté convirtiendo en algo tan frustrante y doloroso para nuestras almas?
Vemos diariamente vidas sin sentido, juventud hastiada porque a los 25 años ya lo han hecho todo y sin mucho esfuerzo y padres frustrados que no saben cómo gestionar a sus hijos.
¿Realmente quieres esto para tus descendientes?, según algunos estudios, nuestros hijos serán 7 veces más infelices y con peor calidad de vida que nosotros.
Lo que fuimos capaces de construir a los 30 años, ellos los conseguirán casi 2 décadas después o en la mayoría de los casos, nunca lo harán.
Y los responsables de todo este desastre somos nosotros mismos porque somos los que votamos a nuestros dirigentes, los que hemos creado familias desestructuradas y sin valores potentes que hagan que nuestros hijos se asienten en bases sólidas de vida.
Así que querido amigo lector, recupera tu orgullo y revisa donde te equivocaste, porque si cada uno de nosotros somos capaces de poner nuestro granito de arena, podremos cambiar esta sociedad.
… los fineses tienen también algo que nosotros no, y es que son muy descreídos religiosamente, y eso da una paz increíble, una sensación de libertad y plenitud que ya querrían muchos en nuestra sociedad mediterránea…