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“Menorca en el Far West”

Un artículo de Adolfo Alonso

(Foto: PIXABAY)

Estoy agazapado, como en plena defensa de “El Álamo”. Los tiros van y vienen y he decidido meterme en el búnker cinco días para meditar. Las Europeas y la interpretación del resultado, los jueces de Madrid, el Gobierno y el Consejo General del Poder judicial, lo del Fiscal General del Estado, algo terrible, la violación de negociaciones de defensa es para dimitir antes de ser nombrado, o sea que nunca debió haber sido Fiscal General del Estado es como aprobar la EBAU estos días copiando descaradamente. La amnistía, la elección de la mesa del parlamento catalán, la repercusión de los pactos en la Generalitat y de rebote en el Gobierno del estado, los 100 del rosario, el rosario de la aurora, Virgilio Zapatero y sus declaraciones. Es demasiado como para decir algo original sobre lo que pasa y sobre todo para saber qué va a pasar.

 

Así que me centro en Menorca, que en estos meses se me está convirtiendo en un escenario de policía del Oeste. La General está más saturada y es más lenta que el “Pony exprés”, así que estoy pensando en crear una empresa de mensajería y logística a caballo , bici y moto, en función de las circunstancias, para ir por el “Camí de Cavalls” o los “caminos verdes”. Aun no tengo los cálculos hechos ni el plan de negocio pero aprovecharé estos días para pensar. La plaza de la Biosfera se ha saturado menos que alguna de las  playas de la isla, vamos a tener que poner un expendedor de números y cobrar una tasa turística adicional para poder ir al Consell o a  darte un baño o ver una puesta de sol. Llegar a la cita previa, como en Formentera.

 

Estamos camino del desierto. Los acuíferos están mal y bajando los niveles de agua subterráneos. Esto podría incluso ser una buena noticia, por pensar en positivo, porque la eventual desertización puede extender el volumen de arena y contrarrestar la subida del nivel del mar con el cambio climático, lo que aumentaría la cabida en verano de las playas y los ingresos estacionales. No  hay nada peor que ponerse de moda, si no se saber gestionar el éxito. 

 

Entonces recapitulando, en Menorca  ya tenemos la falta de agua, el desierto naciente, el pony exprés  en estudio, y nos quedan las caravanas cruzando la isla. Pero esto también lo tenemos. El concepto de las caravanas actuales es el mismo de los colonos del Siglo XIX, la casa a cuestas cruzando desiertos, campos, con los nativos enfadados, llegando a los pueblos. 

 

Hay colonos que llevan la casa a remolque. Son colonos parciales literalmente, porque trabajo tienen, falta mano de obra, pero si alquilan algo para vivir más vale que no trabajen, porque no les queda dinero para comer. Resultado caravanas instaladas en los campos y jardines de las tancas, varadas como barcos viejos naufragados en playa.

 

Pero están otras, las autocaravanas, que tienen movilidad propia e incluso las empresas de rent a car, alquilan coches convertibles en espacios habitables,  para que aparquen y duerman en Cala Sant Vicent por ejemplo. Que circulen por todos lados, y aparquen también en todos lados. Vayamos una noche de agosto al aparcamiento de Cap de Cavallería y nos encontraremos de todo, o paseemos por Maó por las zonas de parking de vehículos y nos las encontraremos, con las mesas plegables fuera o sus sillas. No es un nivel poblacional que aporte riqueza.  Es más bien lo contrario. Su filosofía es no gastar o gastar lo menos posible y después ya limpiará el ayuntamiento.

 

La alternativa de los ayuntamientos es subir los parkings o hacer zona azul toda una ciudad o un pueblo lo que redunda en encarecimiento de la vida ordinaria de los residentes. Es un ejemplo que hasta puede ser ficticio  entre otros que cada uno pueda conocer.

 

Hace años visité por trabajo Suiza. Allí las casas tenían sus refugios nucleares privados con sus elementos de supervivencia, o sea vivían para abajo. Tendremos que buscar nuevos espacios de vivienda bien subterráneos bien submarinos para que el mundo de la superficie insular pueda funcionar. Es como una buena novela de ciencia ficción.

 

Creo que la lucha política en la Isla deberá girar  en los próximos años sobre las condiciones de habitabilidad,  la gestión del turismo y fuentes alternativas de riqueza diferentes y nuevas a las que existen en la actualidad.

 

Guillermo González Mampel, dejo escrito que la empresa de vivir en un acuerdo compartido y pacifico con otros es una extensión de la empresa de preservarse a si mismo. Tenemos el mandato de sobrevivir y de maximizar la supervivencia placentera en lugar de la supervivencia dolorosa. Esto, acoto yo personalmente, es el objetivo de lo ético.

 

La gestión de la isla es pues una cuestión ética que afecta por lo tanto a las derechas y a las izquierdas.  Una política ante un hecho por muy libre que pueda parecer si no genera el bienestar y la felicidad de la comunidad en la que se produce no es una libertad filosóficamente ética. Limitar la libertad de las personas en lo relativo a un bien común como es la tierra, el planeta, la naturaleza, introducir más regulaciones , más normativas más restricciones más permisos es algo que me choca y duele muchísimo pero las soluciones para el ejercicio de esta libertad, que es una libertad de acceso a la cultura incluso, enfocadas desde la ética no son las que ahora se están produciendo. 

 

Las caravanas, las autocaravanas, la super población, la defensa de los recursos naturales para una vida en Menorca en equilibrio de todas las especies, la reflexión de nuevos hábitats de vivienda y vida,  desde su propia personalidad y el modelo que decidió darse hace años, no es algo que hoy nos venga regalado ,es algo político, es la política de la ética para todos y esto es lo que nuestros políticos insulares, y locales, dentro de sus competencias deben tener como prioritario.

 

No es esta una cuestión que afecte a la turismo fobia, algo que ahora es tan actual. La isla no ha sido turismofóbica nunca y turistas somos todos que aquí nos vamos fuera  en invierno a paraísos exóticos de Asia, o no tan paraísos. Es la lucha por la felicidad de todos y por lo que mi octogenario amigo Guillermo escribió. Es el legado de otras generaciones en Menorca y lo que vamos a legar nosotros, lo que está en cuestión. Y frente a la ética y la felicidad y supervivencia la libertad deberá decaer lo menos posible. 

 

Menorca no está en el Far West aunque empiece a parecerlo, y la Reserva de  Biosfera es algo más que una reserva indígena.

 


Comment

  1. Otro articulo lleno de primeras ocurrencias del señoro de turno que no sabe de lo que habla pero que se atreve con todo porque él lo vale. Y así todo.

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