“Consecuencias de la falta del segundo cable en Menorca”

En la hoja de ruta que aprobó el Consell Insular de Menorca en 2019 para impulsar la descarbonización del sistema energético, se establecían unos objetivos ambiciosos que hablaban de una cobertura energética con renovables para 2025 del 35% y para 2030 de 85 %. También se planteaba que en el 2025 hubiera un segundo cable de enlace con Mallorca operativo, que la central térmica quemara gas natural, que hubiera una red de vehículo eléctrico desplegada y que hubiera una reducción del 15% en energía fósil del transporte y de los usos térmicos.

A pesar de estar lejos de los objetivos marcados, el pasado mes de mayo, Menorca logró llegar a un 26% de energía limpia producida, por delante de Mallorca y de Ibiza, cuando tan sólo hace un año, el 4,2% de la energía que se consumía aquí provenía de renovables.

La puesta en funcionamiento del parque de Son Salomó en Ciutadella en 2023, con una potencia de 50 MW, la energía que ya aportan cinco instalaciones solares más que existen activas actualmente como son Binisfauller, Son Salomó I, Royal Son Bou, Ses Vinyes I y Ses Vinyes II, así como el anuncio el pasado mes de mayo, de una nueva instalación renovable de grandes dimensiones ubicada en el Polígono Sa Dragonera de Maó que entrará en funcionamiento en 2026 con una potencia de 60 MW y que será la mayor de toda Baleares, permiten constatar la capacidad de generación de energía limpia que tiene y tendrá Menorca. Se ha avanzado de forma decisiva.

Pero si la generación de energías limpias y la fiabilidad del suministro energético es básica, también lo es la calidad ambiental de la obtención de ésta en una isla que es Reserva de la Biosfera y en estos momentos, la carencia del segundo enlace supone un freno a la descarbonización de la isla que están empujando a todos estos proyectos privados.

No es la primera vez que nos pronunciamos al respecto, de capital importancia para el conjunto de la sociedad y la economía de la Isla. Así, en el mes de agosto de 2019 ya expresamos nuestra preocupación por la seguridad energética de Menorca solicitando a Red Eléctrica que asumiera, de una vez por todas, sus propias responsabilidades en el mantenimiento y la gestión de la red de distribución.

Posteriormente, en octubre de 2019 manifestamos que “las medidas de refuerzo ya debían haberse articulado desde el mismo momento que, en diciembre de 2017, Red Eléctrica de España decidió no reparar el enlace submarino con Mallorca para proceder en la instalación de otro cable”.

La entrada en servicio en julio de 2020, de un único enlace, no resolvió al cien por cien el problema del aislamiento energético de Menorca, al depender exclusivamente la isla, en caso de un percance, de la central térmica del puerto de Maó. Por eso, la instalación de un segundo cable constituye una prioridad para la isla y  desde el Cercle de Economía de Menorca, también lamentamos que el Gobierno Central haya excluido de la planificación de la planificación eléctrica de los años 2021-2026 este segundo cable con Mallorca.

Sólo la ampliación de las subestaciones de Es Mercadal y Sa Dragonera, previstas por Red Eléctrica para 2025, permitirán que se puedan conectar estos parques solares y mejorar la fiabilidad del sistema eléctrico, pero la falta del segundo cable, limitará igualmente la producción de energía renovable en Menorca y facilitando que la central de Maó esté detenida, un factor clave para la salud ambiental de todos los menorquines.