La venta de lotería de Navidad comienza en julio impulsada por supersticiones y combinaciones curiosas. La venta de décimos ha comenzado este año en pleno verano, una estrategia que aprovecha el flujo de turistas y la creencia generalizada de que comprar décimos en el destino vacacional puede atraer buena suerte. Este fenómeno no es nuevo, pero cada año se acentúa más, especialmente en destinos turísticos como las islas Baleares.
Uno de los motivos que impulsa estas ventas tempranas es la búsqueda de combinaciones numéricas especiales. Un ejemplo de este año es el número que recuerda la fecha en la que la selección española de fútbol ganó la Eurocopa este 2024. Este tipo de números, por su significado y simbolismo, se venden rápidamente debido a la alta demanda. Los aficionados al fútbol y aquellos que buscan un toque especial en su billete de lotería no dudan en adquirir estos décimos, esperanzados en que ese toque de particularidad les traiga la suerte esperada.
Otro factor significativo que incita a la compra de lotería de Navidad en julio es el recuerdo de los premios destacados que se distribuyeron en años anteriores. En particular, la administración de la Plaça des Pins de Ciutadella se ha convertido en un punto de referencia después de repartir varios premios importantes el año pasado. Este hecho ha creado una especie de “efecto llamada”, donde los compradores creen que hay más posibilidades de ganar si compran sus décimos en un lugar donde previamente hubo ganadores. Sin embargo, esto es una creencia errónea. Lo que realmente sucede es que las administraciones de lotería que han repartido premios suelen consignar más números a la venta, lo que naturalmente aumenta las probabilidades de vender billetes premiados.
Miquel Carreras, de la Administración de la Explanada de Mahón, explicó en Radio Menorca que si la venta de lotería comenzara aún antes en el calendario, probablemente se venderían más décimos. Según Carreras, el hecho de iniciar las ventas en julio ya genera un notable incremento en la demanda, especialmente entre los turistas que buscan llevarse un recuerdo especial de sus vacaciones que, además, podría transformarse en un premio millonario.
Los turistas que visitan las islas Baleares aprovechan su estancia para adquirir estos décimos, alimentados por la esperanza de que el destino les traiga suerte. Esta práctica, arraigada en la superstición, ve a muchos regresar año tras año para comprar su billete en la misma administración, con la esperanza de repetir la suerte de otros afortunados.
Además, las administraciones de lotería se preparan para estas ventas tempranas con promociones y campañas específicas. En muchas de ellas, los carteles que anuncian los premios repartidos en años anteriores se exhiben de manera prominente, junto con números especialmente seleccionados que conmemoran fechas significativas o eventos recientes.
El turismo, sin duda, juega un papel crucial en este fenómeno.
